CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y PORTUGUESES DESCRIBEN LA EVOLUCIÓN DE LOS TOJOS DEL SUR DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

Un grupo de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y de universidades españolas y portuguesas han descrito la historia evolutiva de tres especies de arbustos que crecen en zonas áridas del sur de la Península Ibérica y del norte de África, determinada por la influencia del clima y de la geología.
En el trabajo se explica cómo las variaciones ambientales y los cambios geológicos de los últimos diez millones de años determinaron la distribución y división de las especies de plantas que forman el género Stauracanthus, también conocidos como tojos.
S. boivinii, S. genistoides y S. spectabilis son las tres especies que forman este género de arbustos, que se distribuye en zonas áridas próximas al mar en el suroeste de la Península Ibérica y el norte de África.
Desempeñan un papel fundamental en sus áreas de distribución, pues fijan el nitrógeno atmosférico en el suelo y retienen de manera eficiente la arena en las dunas.
Además, permiten el desarrollo de comunidades más complejas gracias a que aumentan la materia orgánica del suelo y actúan protegiendo a otras plantas bajo su copa.
DIVERSIFICACIÓN
En el estudio, los autores han analizado cuándo y cómo se produjo el fenómeno de especiación, es decir, el desarrollo de las tres especies a partir de un tronco común.
“A lo largo de miles de años, diferentes individuos de una misma población se fueron adaptando a temperaturas y suelos diferentes, aislándose reproductivamente y dando lugar finalmente a las tres especies que conocemos hoy”, explica Sergio Chozas, investigador de la Universidad de Lisboa y del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.
Estas plantas están adaptadas a veranos muy secos en áreas costeras donde la variación anual de la temperatura es menos acusada que en otras zonas. Responden de manera parecida a las variaciones térmicas pero viven en diferentes tipos de suelos.
S. boivinii prefiere zonas con arena de grano grueso mientras S. genistoides, que soporta veranos más secos, y S. spectabilis, adaptada a veranos más suaves, crecen sobre dunas de arena fina.
Estas ligeras diferencias provocan que las tres crezcan en áreas contiguas pero no juntas en la misma localidad, es decir, muestran una distribución parapátrica.
La separación de estas tres especies estuvo determinada por la apertura del mar de Alborán y la aparición del Estrecho de Gibraltar, que además cambió las condiciones de salinidad del suelo.

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