LAS CORRIENTES DE HIELO DE LA ANTÁRTIDA SE ‘ATASCAN’ POR LAS MAREAS

Las mareas del océano Antártico pueden producir ‘atascos’ en las corrientes de hielo de la Antártida y acelerar o frenar la velocidad del movimiento glacial en este continente, según un estudio realizado por investigadores del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) y de la Agencia Espacial Italiana, que analizaron imágenes de satélite en la corriente helada de Rutford recogidos durante casi nueve meses desde varios ángulos.
La corriente de hielo de Rutford es un río de rápido movimiento del hielo que abarca cerca de 300 kilómetros de largo y 25 kilómetros de ancho al oeste de la Antártida. Conecta glaciares en las montañas de Ellsworth con la plataforma de hielo de Filchner-Ronne, un trozo flotante de hielo del tamaño de California. Impulsado por su propio peso, el flujo de hielo sólido se mueve cuesta abajo hacia el mar a una velocidad de aproximadamente un metro por día, aunque este movimiento hasta en un 20% por las mareas.
En un estudio publicado en la revista ‘Journal of Geophysical Research’, los investigadores indican que esa variabilidad se debe a las interacciones del hielo con el océano. Con la marea baja, el hielo flotante se hunde lo suficiente como para fundirse en el fondo del mar como un barco que naufraga, causando un atasco de hielo que puede ser detectado hasta 100 kilómetros río arriba. Cuando la marea vuelve a subir, el hielo se levanta del fondo del mar y fluye libremente. “Una marea creciente levanta todos los barcos y todo el hielo", apunta Brent Minchew, autor principal del estudio.
La corriente de hielo de Rutford es tan sensible al cambio con las mareas que los investigadores pudieron detectar las influencias individuales de las mareas solar y lunar, que se deben a la influencia del Sol y la Luna en la Tierra, respectivamente.
La marea alta aparece simultáneamente en los lados de la tierra que miran hacia y lejos del Sol y de la Luna porque sus tirones gravitacionales crean una protuberancia en el planeta.
MAREAS LUNARES Y SOLARES
Las mareas lunares y solares no están perfectamente sincronizadas: la lunar ocurre cíclicamente cada 12 horas y media, mientras que la solar lo hace cada 12 horas. Cuando esos dos ciclos se alinean perfectamente, el mar experimenta sus mareas más fuertes. Y cuando están más desalineadas, el mar tiene mareas más débiles.
El equipo del Instituto de Tecnología de California analizó imágenes tomadas en la misma ubicación del espacio pero en momentos diferentes, con lo que muestran el movimiento no sólo en un punto, sino que recogen un seguimiento continuo de cada metro cuadrado de la superficie de las corrientes de hielo.
Además, la variedad de ángulos de visión proporcionados por los satélites aportó información tridimensional sobre el movimiento del hielo y reveló, por ejemplo, que la plataforma de hielo flotante se movía más rápidamente, mostrando así que el efecto de la marea realmente responsable de cambios en la velocidad del hielo.
"La respuesta del flujo de hielo a los cambios en el nivel del mar y la temperatura del océano tiene un impacto directo en la elevación contemporánea del nivel del mar. Cuantificar esto es crucial para entender cómo la Antártida evolucionará en las décadas y los siglos futuros mientras el clima se calienta, y los glaciares que terminan en el mar están expuestos a aguas oceánicas más cálidas", explica Mark Simons, profesor de geofísica del Instituto de Tecnología de California, quien apunta que, con agua más cálida y altos niveles del mar, los glaciares fluirán más rápido al mar, derritiéndose antes una vez que lleguen al océano.

Mostrar comentarios