Durante la semana comprendida entre los días 21 y 27 de marzo, la última sobre la que dispone datos la Consejería de Sanidad, la incidencia ha continuado bajando, hasta situarse en una tasa de 61,14 casos por 100.000 habitantes, al umbral de la temporada.
A la vista de estos datos, Sanidad considera que la enfermedad, por tanto, se sitúa en el momento previo a la extinción de la onda epidémica estacional, a punto de regresar al nivel epidémico basal típico del período interepidémico.
El número total de casos de gripe declarados en Cantabria a lo largo de la última semana por el sistema EDO (Enfermedad de Declaración Obligatoria) ha sido de 409, de los que 171 se detectaron en el Área de Salud de Santander; 162 en el de Torrelavega-Reinosa, y 76 en el Área de Salud de Laredo, ha informado, en un comunicado, el Gobierno regional.
Las urgencias atendidas por gripe en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla fueron 98, cifra que representa el 2,68% de las 3.652 que fueron atendidas en este centro hospitalario durante la última semana.
En este mismo período de tiempo se ha producido un único caso grave hospitalizado, de manera que el registro total durante la temporada se eleva a 83 casos en la comunidad autónoma.
No ha habido fallecimientos por esta causa desde hace más de dos semanas. En la actualidad, el 94,4% de estos pacientes ha sido ya dado de alta.
En el resto de España la tasa de incidencia también ha descendido, si bien lo hace con tasas superiores a las que se dan en Cantabria.
Sanidad ha explicado que mientras en Cantabria se ha producido "una onda convencional", con ascenso brusco, pico máximo y descenso progresivo, similar a la de la temporada anterior 2014-2015, a nivel nacional se observa lo que se denomina 'onda prolongada', con un nivel máximo más suave pero mantenido a lo largo de unas 7 semanas.
Esto se produce por las fechas en las que se ha producido la onda en las distintas comunidades autónomas. De hecho, algunas de las que empezaron más tarde, como Aragón, Cataluña y sobre todo Valencia, aún mantienen niveles destacados de enfermedad.
La tasa de incidencia nacional se ha situado en 112.61 casos por 100.000 habitantes. La intensidad de la actividad gripal se mantiene en un nivel bajo, pero manteniendo un alto nivel de circulación viral, siendo el virus B, con un 75% de los aislamientos, el más frecuente en esta fase de la onda epidémica.
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