
El estudio, de Joe Adserias y Jesús Garcia-Gil, ha sido publicado en la revista 'Molecular Oral Microbiology', y se presentará en el Congreso de la Organización Internacional de Odontoestomatología Forense (IOFOS), que se celebrará en septiembre en Bélgica.
El estudio es el resultado de las investigaciones realizadas por los científicos Joe Adserias (Fundació UdG) y Jesús Garcia-Gil (UdG), y ha tenido en cuenta que a la hora de estimar la muerte resulta esencial un buen conocimiento de la descomposición del cuerpo y el efecto de las condiciones ambientales.
"Los microorganismos coexisten con nosotros durante nuestra vida jugando un papel importante tanto en la salud como en la enfermedad", ha explicado Adserias, que considera que tras la muerte, y a medida que avanza el proceso de descomposición, las comunidades becterianas cambian en función de las condiciones microambientales.
Estos cambios se han usado en el estudio para determinar la fecha de la muerte, ya que "a diferencia de los insectos que tienen que acceder al cadáver para contribuir a su descomposición, las bacterias ya se hallan dentro en el momento de la muerte".
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