El trabajo, que publica la revista 'The Isme Journal' y que se ha hecho en colaboración del Instituto de Craig Venter y la Universidad de Pennsylvania, ha tomado como modelo las citadas bacterias que viven en los fondos sin oxígeno del lago de la localidad gerundense.
El proceso, que permite a los microbios desarrollar resistencia a antibióicos y transformar cepas bacterianas inocuas en otras más peligrosas, es un mecanismo de diversificación que tiene lugar mediante el intercambio de material genético entre bacterias.
"En nuestro estudio hemos podido observar 'in situ' cómo este intercambio condiciona el éxito o el fracaso de una población de bacterias en la colonización de nuevos ambientes y cómo, mediante segregación ecológica, aparece una nueva especie rápidamente", ha explicado el investigador del CSIC del Centro de Estudios Avanzados de Blanes Emilio Casamayor.
Estas especies exitosas en la naturaleza suelen resistirse a ser domesticadas y estudiadas en cultivos de laboratorio, aunque los investigadores han salvado la dificultad con técnicas de metagenómica en el ADN extraído de las aguas más profundas del lago de Banyoles y mediante reconstrucción bioinformática.
"Una vez purificado, fragmentado y secuenciado el ADN reconstruimos mediante simulación por ordenador las piezas específicas del genoma de esta bacteria exitosa", ha explicado Casamayor.
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