Tras conocer los primeros resultados del estudio de caracterización de residuos realizado por TRAGSA, la empresa pública a la que la Comunidad de Madrid ha encargado las labores de recogida y limpieza de la zona, se ha confirmado que la fracción metálica es un residuo no peligroso y por tanto se puede proceder a su retirada para realizar su valorización material.
Así, las máquinas han empezado a retirar estos residuos para llevarlos a una planta de clasificación, preparación y trituración, y posteriormente este material será trasladado a una fundición con el objetivo de obtener acero.
Paralelamente, siguen los trabajos para sellar con una capa de polímero la zona afectada por el incendio. La finalidad es fijar la capa de suelo y evitar que se levanten partículas de polvo que podrían ser perjudiciales para la calidad del aire. Estos trabajos comenzaron hace ahora una semana y tras comprobar el éxito de este ensayo el sellado inicial se ha extendido al resto del terreno.
Tras retirar la fracción metálica se procederá al traslado de las cenizas y los residuos inquemados pendientes todavía de su caracterización definitiva. Dependiendo de ese resultado se llevará a cabo su valorización energética o bien su gestión como residuo peligroso.
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