Crece la polémica sobre la seguridad en Niza una semana después del atentado

Una semana después del atentado de Niza, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), la emoción y la polémica sobre la seguridad siguen vivas en Francia, donde el estado de emergencia fue prolongado seis meses en un clima de fuertes tensiones políticas.

En el marco de la investigación sobre la matanza cometida el pasado 14 de julio, fiesta nacional en Francia, por el tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel, cinco sospechosos comparecieron ante la justicia antiterrorista y podrían ser inculpados.

Por su parte, el EI, que ya reivindicó los atentados que dejaron 130 muertos el 13 de noviembre en París, amenazó con intensificar sus ataques contra Francia en un nuevo video donde aparecen personas que hablan en francés felicitan al atacante de Niza, que arrolló a 84 personas e hirió a más de 200 con un camión tras los tradicionales fuegos artificiales del 14 de julio.

El jueves, el diario progresista Libération avivó de nuevo la polémica en torno al dispositivo policial desplegado esa noche y las acusaciones de "mentira" y "falsedad" llegan desde todos los frentes.

El periódico afirma que la entrada de la zona peatonal del paseo de los Ingleses de Niza, al que habían acudido unas 30.000 personas para ver los fuegos de artificio, estaba custodiada únicamente por un coche de la policía municipal y que la policía nacional estaba prácticamente ausente en las inmediaciones.

El ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve, acusó al periódico "falsedad", secundando así al primer ministro, Manuel Valls, que desde el pasado 15 de julio ha negado que hubiera ningún fallo en la seguridad del acto.

Por su parte, el presidente del Senado, el conservador Gérard Larcher, solicitó una "investigación independiente" sobre el dispositivo de seguridad, mientras que Cazeneuve ordenó la apertura de una investigación administrativa al organismo que controla la policía.

Esta nueva polémica ha exacerbado las acusaciones de laxitud que ya hicieron la derecha y la extrema derecha solo unas horas después del atentado, haciendo saltar por los aires el llamamiento a la unidad nacional de un gobierno socialista en plena tormenta política.

La justicia antiterrorista podría inculpar a cuatro hombres de entre 22 y 40 años y a una mujer de 42 años, detenidos por sus contactos con Mohamed Lahouiaej Bouhlel antes del atentado o por ser sospechosos de haberle proporcionado la pistola con la que disparó contra los policías desde su camión.

El hombre de 22 años recibió un SMS del autor de la matanza justo antes de que este cometiera el crimen. En el texto le daba las gracias por la "pistola" que le había proporcionado y mencionaba que tomarían "cinco [pistolas más] de tu amigo", precisando que estas serían para otra persona "y sus amigos".

Según el detenido, fue un albanés de 38 años quien les proporcionó la pistola. Tanto éste como su compañera fueron detenidos, así como la persona que, según el SMS, debía recibir las otras armas.

Pese a que la policía no ha establecido ningún vínculo entre Lahouaiej Bouhlel y redes terroristas, el EI reivindicó el atentado.

El autor fue descrito como un hombre violento e inestable que vivía alejado de los preceptos religiosos. Según explicó el lunes el fiscal de París, François Molins, Lahouiaej Bouhlel manifestaba también un interés "reciente" pero "certero" por los movimientos yihadistas.

En el plano político, el parlamento votó la prolongación del estado de emergencia hasta enero.

Además, los diputados aceptaron las enmiendas de los senadores para prohibir los acontecimientos cuya seguridad no pueda garantizarse y facilitar el cierre de lugares de culto en los que se produzcan declaraciones que inciten al odio o la violencia.

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