EL DIRECTOR DEL CNI PIDE “QUITARSE DE LA CABEZA” LA VINCULACIÓN ENTRE INMIGRACIÓN Y YIHADISMO

El director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, subrayó este miércoles la importancia de “quitarse de la cabeza” la vinculación entre inmigración y terrorismo yihadista y aseguró que la “colaboración” entre los servicios secretos es una “herramienta imprescindible” para hacer frente al “desorden mundial”.
Así se pronunció el director del CNI durante su participación en Toledo en el XXIX Seminario Internacional de Seguridad y Defensa, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos y en el que estuvo acompañado por la directora general de Política de Defensa, Elena Gómez Castro.
Sanz Roldán previno contra la tentación de vincular inmigración y yihadismo y defendió con vehemencia que en España “no existen guetos” que impiden la integración de la población inmigrante.
Esto le permitió aseverar que “España no lo está haciendo mal en materia de integración”. Reconoció que “hay que trabajar fuerte” en este campo, por lo que reclamó “quitarse de la cabeza” la vinculación entre inmigración y yihadismo. “Hay que desistir de esa idea”, dijo.
El director del CNI destacó que la sociedad española “no se deja aterrorizar” por la amenaza yihadista que acecha actualmente a los países occidentales. Vinculó esa falta de temor al hecho de que lleva soportando durante 60 años el azote terrorista y ha conseguido que éste no afecte a su vida diaria.
CICLO YIHADISTA
Al mismo tiempo, explicó que los servicios de inteligencia de España tienen controlado “todo el ciclo yihadista”, es decir, el seguimiento de un potencial terrorista desde su radicalización hasta su pretensión de cometer un atentado.
Por ello, destacó que la coordinación existente entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es beneficiosa a la hora de hacer frente a la amenaza terrorista.
A pesar de ello, comentó que la seguridad al cien por cien no existe, ya que “en cualquier momento puede ocurrir (un atentado) y ojalá no ocurra”.
A su vez, aseguró que la “coordinación”, la “lealtad” y la “reciprocidad” conforman una “herramienta imprescindible” para que los servicios de inteligencia a nivel mundial se enfrenten al terrorismo y al “desorden mundial”.
Explicó que actualmente existen “seis, siete u ocho” foros internacionales en los que los servicios de inteligencia comparten información y que los países de la UE se coordinan a través del nuevo centro europeo de inteligencia.
“Queremos responder a los conflictos internos y externos y proteger la seguridad de los europeos”, sentenció.
Sanz Roldán comentó que Europa “ha pasado y pasa” por “momentos críticos”. No obstante, afirmó que cuenta con “instrumentos”, “conocimientos” y “capacidades” para hacer frente a los desafíos que tiene por delante, especialmente la amenaza terrorista.
"IR EN LA MISMA DIRECCIÓN"
Por su parte, manifestó que la Estrategia de Seguridad Europea y la Estrategia de Seguridad Nacional -la primera recién aprobada y la segunda en fase de revisión- suponen el final de un ciclo.
Dijo que ambas nacen del compromiso de “hacer las cosas juntos” y que tienen el “beneficio del consenso”. “Esto tiene que ver con ponernos en la misma dirección para afrontar un problema”, dijo.
Concedió que “lo difícil es aplicarla”, ya que hay que conciliar “el derecho de los ciudadanos a sentirse seguros y la obligación (de las autoridades) de irradiar seguridad de la forma que pueda”.
Por otro lado, la directora general de Política de Defensa apuntó que la Política de Seguridad y Defensa de la UE debe ser “ambiciosa”, “realista”, “comprehensiva”, “autónoma” y en colaboración con la OTAN y la ONU.
Tras afirmar que “el enemigo está entre la gente”, identificó como retos alcanzar la autonomía estratégica, concretar un nivel de ambición realista y adecuado y desarrollar las capacidades militares propias, de forma que “la cooperación en este ámbito se convierta en norma, incrementando los intercambios, la transparencia y proporcionando a la Agencia Europea de Defensa un papel central en su desarrollo”.
Por último, reivindicó el papel de España como “un socio activo” en la redacción y el impulso de la Estrategia Global de Seguridad.

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