ECOLOGISTAS EN ACCIÓN PIDE LA PROHIBICIÓN TOTAL DE LA MUNICIÓN DE PLOMO EN LA CAZA

Ecologistas en Acción reclamó este miércoles a las comunidades autónomas la prohibición total del uso de la munición de plomo en todas las modalidades de caza y no sólo en los humedales, debido a “las alarmantes consecuencias para las aves y para la salud pública”.
En vísperas del Día Mundial de los Humedales, que se celebra este jueves, Ecologistas en Acción indicó en un comunicado que la utilización de perdigones de plomo provoca cada año el envenenamiento de casi un millón de aves invernantes en Europa, mientras que entre 80.000 y 100.000 pájaros se intoxican anualmente en España, de los que 60.000 mueren.
La organización ecologista apuntó que las especies acuáticas son las especies más afectadas, especialmente el ánade rabudo, el porrón europeo, la malvasía cabeciblanca y el ánade real.
Los perdigones de plomo están prohibidos desde 2001 en España en las zonas húmedas incluidas en la lista del Convenio sobre los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitats de Aves Acuáticas (conocido como Convenio de Ramsar), en las de la Red Natura 2000 y en las incluidas en espacios naturales protegidos.
Sin embargo, Ecologistas en Acción indicó que esa prohibición “no se logró aplicar totalmente por la falta de interés de las administraciones” y es “insuficiente” porque permite cazar con perdigones de plomo en el resto de las zonas húmedas.
“Dado que muchas de las aves acuáticas se alimentan fuera de los humedales incluidos en la lista Ramsar y de los espacios protegidos, donde sí se sigue utilizando el plomo, la intoxicación sigue existiendo. Hay que tener en cuenta que las aves acuáticas ingieren los perdigones involuntariamente, bien al confundirlos con semillas o al seleccionar las piedrecillas necesarias para la molienda de alimentos en la molleja”, explicó.
CARNE DE CAZA
Ecologistas en Acción recalcó que “cada vez es más evidente” que las aves acuáticas no son las únicas especies afectadas, puesto que las rapaces más carroñeras mueren por esa intoxicación, como el águila real, el águila imperial, el buitre leonado, el aguilucho lagunero e incluso el quebrantahuesos.
“Estas especies ingieren el plomo al alimentarse de especies cinegéticas muertas o malheridas por disparos y que llevan perdigones o fragmentos de balas de plomo en su cuerpo. Dado que estas especies cuentan con una amplia distribución por todo el territorio, la sustitución del plomo debe realizarse en todas las zonas donde se caza para asegurar su eficacia”, añadió.
Para Ecologistas en Acción, “otro elemento de gran preocupación” es la contaminación de la carne de caza con plomo proveniente de perdigones o balas, puesto que la presencia de pequeños fragmentos de munición de ese elemento químico hace que puedan no retirarse antes de ser cocinados. “Aunque el plomo presente en la munición está en forma metálica, que es poco absorbible, durante la cocción y la digestión es parcialmente transformada en sales más biodisponibles y, por lo tanto, peligrosas”, apostilló.
El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), del Ministerio de Sanidad, recomendó en 2012 a embarazadas y menores de seis años que no coman carne de caza y a los adultos que limiten la ingesta a una ración a la semana.
Por ello, Ecologistas en Acción consideró necesario que las comunidades autónomas, competentes en materia de caza, prohíban la utilización del plomo en la munición cinegética y que se pongan en marcha estudios para reducir “los efectos de las miles de toneladas de esta munición que se vierten en el medio natural”.

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