Egipto, Siria y México, "puntos calientes" de las desapariciones forzadas, según AI

EUROPA PRESS

Según ha explicado AI, decenas de gobiernos en todo el mundo siguen utilizando la desaparición forzada como un brutal método de represión contra cualquier tipo de disidencia, rebelión u oposición política. En muchos casos, las víctimas son perseguidas simplemente por pertenecer a un grupo étnico o religioso minoritario dentro del país.

Según los últimos datos proporcionados por Naciones Unidas, desde 1980 siguen abiertos 44.159 casos en 91 países diferentes. Sólo entre mayo de 2016 y mayo de este año se han registrado 766 casos nuevos en 37 países diferentes.

Por lo general, independientemente del país, las desapariciones forzadas son realizadas por agentes del Estado o personas que actúan en su nombre de forma indirecta. La técnica siempre es la misma: las víctimas son detenidas en la calle o en su vivienda y son arrestadas sin comunicar a la familia su paradero, como sucedería si se tratase de un arresto común.

Según denuncia AI, muchas de estas personas son torturadas por los agentes del Estado, tanto física como psicológicamente. "Esta práctica sitúa a la persona detenida fuera de la protección de la ley y la aísla del mundo exterior", ha explicado la ONG en un comunicado. En muchas ocasiones, las personas desaparecidas nunca vuelven a sus hogares.

EGIPTO

Egipto es uno de los países donde más se utilizan las desapariciones forzadas como método de represión política, de acuerdo con este informe. Según Amnistía Internacional, son "un instrumento clave de la política de Estado".

Cientos de civiles --entre ellos estudiantes, menores de edad y activistas políticos-- son secuestrados por la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) cada mes. Según varias ONG egipcias, entre tres y cuatro personas son detenidas cada día por la ASN.

Las fuerzas de seguridad utilizan las desapariciones forzosas para arrancar supuestas confesiones a los detenidos, y así poder procesarles. Los arrestados, que son sometidos a torturas y recluidos en condiciones inhumanas para presionarles, pueden llegar a desaparecer durante meses.

AI se ha mostrado especialmente preocupada por la complicidad que muestran las autoridades judiciales con las fuerzas de seguridad, ya que "están dispuestas a mentir" para ocultar los rastros de la ASN y se niegan a investigar lo sucedido cuando los familiares de las víctimas reclaman Justicia. En la mayoría de los casos, los tribunales egipcios aceptan las supuestas confesiones de las víctimas, que han sido arrancadas bajo tortura, y las procesa sin miramientos.

Según la ONG, desde que Magdy Abdel Ghaffar fue nombrado ministro del Interior en 2015, los casos se han disparado. Ghaffar formaba parte de los servicios secretos en la época de Mubarak, en una agencia cuyas violaciones contra los Derechos Humanos acabaron provocando su cierre. Hoy en día se estima que cientos de personas están recluidas en la sede del Ministerio de Interior, en El Cairo.

SIRIA

Cada día se producen más desapariciones forzadas en Siria. De acuerdo con la Red Siria de Derechos Humanos, desde que comenzó el conflicto armado, se han registrado alrededor de 65.000 desapariciones, de las cuales unas 58.000 corresponden a civiles.

AI denuncia que el Gobierno sirio es responsable de la mayoría de estos casos, ya que está aprovechando el caos de la guerra para llevar a cabo este tipo de practicas y acabar así con toda la oposición posible dentro de la población civil.

En los últimos años, tanto las fuerzas de seguridad del Estado como ciertos grupos armados han comenzado a utilizar las desapariciones forzadas de "forma oportunista", con la intención no sólo de acusar injustamente a las víctimas, si no de sacar provecho económico de los familiares. Existe un gran mercado negro que vende información falsa sobre los desaparecidos a sus familiares por cantidades desorbitadas de dinero, aprovechando la desesperación de las familias.

Algunas familias han llegado a vender todos sus bienes para pagar los sobornos necesarios para averiguar la suerte de sus seres queridos. En muchas ocasiones, la información proporcionada era falsa. Un hombre entrevistado por AI tuvo que pedir un préstamo de 150.000 dólares para tratar de averiguar el paradero de sus tres hermanos, desaparecidos en 2012. Ahora trabaja en Turquía para poder pagar su deuda.

MÉXICO

En septiembre de 2014, 43 estudiantes universitarios desaparecieron sin dejar rastro en el estado de Guerrero. Según testigos, fueron asaltados por la Policía de la ciudad de Iguala y por varios hombres armados. Dos años después, se ha encontrado el cuerpo de uno de ellos. Los otros 42 siguen en paradero desconocido.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a raíz de lo ocurrido, acusó al Gobierno mexicano de manipular evidencias, proteger a agentes de las fuerzas de seguridad que participaron en la desaparición forzada de los jóvenes y de torturar a cientos de personas para conseguir supuestas confesiones.

El caso de los 'normalistas' de Iguala, que pertenecían a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, es un mero ejemplo de las miles de desapariciones forzosas que se han producido en el país a lo largo del tiempo. Según el Gobierno de México, a finales de 2015 unas 28.000 personas se encontraban en paradero desconocido.

Siria, México y Egipto no son los únicos países donde las fuerzas de seguridad cometen este tipo de atrocidades. De hecho, según los datos de Naciones Unidas, donde más desapariciones forzadas se han registrado desde 1980 ha sido en Irak, con 16.560 casos, seguido de Sri Lanka, donde 12.394 personas han desaparecido en los últimos 36 años, y Argentina, con 3.446 casos.

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