FARC y gobierno blindan futuro pacto de paz en Colombia para evitar su incumplimiento

El futuro acuerdo de paz en Colombia, que deberá poner fin al conflicto más antiguo en América, será elevado a ley constitucional, lo que lo blindará jurídicamente y garantizará su cumplimiento, según acordaron la guerrilla de las FARC y el gobierno este jueves en Cuba.

"Queremos anunciar que hemos llegado a un acuerdo para brindar seguridad y estabilidad jurídica al acuerdo final" de paz, dijeron las partes en un comunicado leído a la prensa por garantes internacionales en La Habana, sede de los diálogos.

El mecanismo convenido por la organización armada y el gobierno de Juan Manuel Santos será tramitado por el Congreso y permitirá que el pacto final forme parte "del ordenamiento jurídico colombiano" y "dará garantías de cumplimiento" a lo acordado, según el texto.

De esta forma, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en guerra contra el Estado desde hace medio siglo, contarán con la seguridad jurídica que reclamaban para su desarme y transformación en partido político.

Al mismo tiempo elimina uno de los escollos finales en el proceso que están a punto de cerrar exitosamente, después de tres años y medio de complejas discusiones en La Habana.

"Esta decisión tiene enormes implicaciones. Por un lado, el gobierno garantiza que cumple con la palabra empeñada. Y cumple, utilizando el más alto nivel jurídico", reconoció el jefe de la delegación de paz del gobierno, Humberto de la Calle, en una declaración aparte.

El compromiso anunciado este jueves garantizará en la práctica que el acuerdo de paz se incorpore a la Constitución colombiana y se ajuste al derecho internacional.

"El gobierno nacional, mediante el procedimiento legislativo especial para la paz, impulsará inmediatamente un acto legislativo en el que se incorporará íntegramente a la Constitución Política el acuerdo final", precisaron las partes.

Las FARC y el gobierno de Santos alcanzaron este nuevo entendimiento en momentos en que están negociando los dos puntos finales del proceso: el cese bilateral y definitivo del fuego, que incluye el desarme de los rebeldes, y el mecanismo de refrendación de lo acordado.

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