Fadumo Dayib, la "soñadora" que quiere devolver la estabilidad a Somalia

Fadumo Dayib, la "soñadora" que quiere devolver la estabilidad a Somalia
Fadumo Dayib, la "soñadora" que quiere devolver la estabilidad a Somalia

MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -

Soñadora, optimista y luchadora. Así se define Fadumo Dayib, una refugiada somalí residente en Finlandia desde hace más de 20 años y que aspira a convertirse en la primera presidenta de Somalia con el objetivo de devolver la paz y la estabilidad al país, aunque ello pueda llegar a costarle la vida.

"Cada objetivo que me he fijado lo he conseguido", afirma Dayib en una entrevista a Europa Press desde Finlandia, explicando que su lema es que "no importa lo grave o lo dura que sea la situación hoy, mañana será mejor".

Su vida es una prueba de ello. Nacida en 1972 en Thika, Kenia, donde sus padres, dos somalíes analfabetos se habían instalado, es la primera de once hermanos en haber sobrevivido, por lo que su madre la bautizó como 'Deeqo', que significa "suficiente". En 1989, su familia fue deportada a Somalia y con el estallido de la guerra civil en 1990 se vio obligada a huir del país junto a sus hermanos pequeños.

Gracias a la ayuda de un amigo ruso de la familia y vía Moscú, Sayib llegó a Finlandia en 1990 cuando aún era menor de edad. Por aquel entonces, solo había ido cinco años a la escuela y no había aprendido a leer y escribir bien hasta los 14 años, por lo que la educación fue su primera prioridad. Desde entonces, ha cursado tres máster, uno de ellos sobre Administración Pública en Harvard, y ahora prepara su doctorado.

Ahora, esta enfermera y madre de cuatro hijos, que también ha trabajado para la ONU en programas sanitarios, se ha fijado una nueva meta: ser presidenta de Somalia. Y lo hace en un momento en el que muchos africanos, incluidos somalíes, arriesgan sus vidas para tratar de llegar a Europa.

"Estas personas vienen por la inestabilidad, el conflicto, el hambre, la falta de buen gobierno y de Estado de Derecho y yo misma llegué a Finlandia por estos retos. Ahora tengo las capacidades y los conocimientos para volver a mi país para hacer que sea estable y que los 1,5 millones de somalíes en la diáspora y los 1,2 millones desplazados internos tengan una existencia digna", sostiene.

REFUGIADOS Y ASILO

"El asilo es una solución temporal, no permanente. Si la gente quiere regresar a sus países y hacer que sean mejores deberían recibir ayuda para ello", defiende Dayib, que se siente con la "obligación moral y el deber cívico" de regresar y de "devolver" lo que ha aprendido.

"Muchos de los que mueren en el Mediterráneo, incluidos jóvenes somalíes, son personas como yo, pero yo tuve la suerte de conseguir un billete de avión y de llegar de forma segura a Finlandia". Por ello, no quiere ser considerada un "modelo de éxito" porque, defiende, "cada refugiado es diferente" y seguramente entre ellos hay "probablemente personas más dotadas que yo que no han recibido las mismas oportunidades".

En su opinión, es fundamental la integración de los refugiados en los países europeos que les acogen, pero también que la política exterior europea no se centre solo en "atacar y desestabilizar países" sino en ayudar a "reconstruirlos". Para ello, propone crear un "canal con la diáspora", ayudando a ésta a regresar a sus países y llevar consigo la "experiencia" adquirida.

Europa debería "replantearse su ayuda exterior" porque no se trata solo de "dar dinero que acaba en manos de líderes corruptos y que no hace nada para evitar que estas personas lleguen aquí", defiende tajante.

Dayib tiene claro que si algo ha marcado su vida ha sido llegar a Finlandia. "Finlandia me dio santuario, la oportunidad de estudiar indefinidamente y me dio la clave para la emancipación económica", explica, sosteniendo que es clave para no depender de otros y "hacer lo que consideras correcto". "No estaría donde estoy si no fuera por lo que Finlandia me ha dado", recalca.

CANDIDATA CON LAS MANOS LIMPIAS

Ahora, su meta es poder ser candidata en las elecciones presidenciales, que deberían celebrarse antes de que acabe el año pero para las que aún no hay fecha. Su principal baza, sostiene, que tiene "las manos limpias" y no tiene ningún pasado que le vincule con clanes, grupos políticos u otras actividades ni ha cometido delitos como otros.

"Tengo la competencia y las capacidades que la mayoría de ellos no tienen. Ellos se presentan porque son hombres, porque pertenecen a un determinado clan o porque han estado en política desde siempre", defiende, mientras que ella representa "un nuevo liderazgo".

"Todos los objetivos que me he marcado en mi vida los he alcanzado. No solo soy una persona visionaria y que tiene sueños sino que también soy capaz de traducir estas visiones en acciones", insiste, haciendo también hincapié en su independencia.

AMENAZAS DE MUERTE

Quizá por ello haya recibido amenazas de muerte. Aunque reconoce que esto le preocupa, considera que es "un indicio de que estoy haciendo algo bien" y de que se sienten amenazados porque saben que de ser elegida acabará con ellos. "No tengo miedo de las amenazas ni de los cobardes que las hacen y que creen que la mejor solución a todo es la violencia porque no tienen el cerebro para hacer otra cosa", recalca.

"Estas personas no van a disuadirme", asegura, recordando que casi la matan el pasado enero cuando viajó a Somalia y hubo un atentado en la playa de Lido, donde se encontraba. "De lo único de lo que estamos seguros los seres humanos es de la muerte y si muero por la democracia y por lo que considero una obligación moral sería la muerte más honorable que podría tener", sostiene.

Así las cosas, dadas las actuales circunstancias y el sistema de clanes por el que se elegirá al nuevo presidente, que ha considerado muy similar al de la "ideología nazi", al sistema de castas hindú o al del apartheid, Dayib admite que no tiene probabilidades de ganar. "Es un sistema basado en la supremacía de los clanes, que silencia al 99 por ciento de la población y en el que solo participan hombres", denuncia.

El sistema en Somalia está "corrupto" y por tanto no está preparado para "acomodar a personas como yo" que no están dispuestas a dejarse "envenenar" y a pagar sobornos y recurrir a otra serie de prácticas ilegales para llegar a un cargo, afirma, explicando así por qué tiene pocas opciones de ser elegida.

De serlo, Dayib tiene claro cual sería su prioridad: "estabilizar el país y reformar el sistema de seguridad" lo que pasaría por el desarme y la desintegración de las milicias, especialmente de los niños soldado así como por entrenar, armar y pagar mejor a las fuerzas somalíes. "Si se soluciona este problema, la gente se podrá centrar en otras cuestiones como la creación de empleo", argumenta.

DIÁLOGO CON AL SHABAAB

También defiende dialogar con el grupo terrorista Al Shabaab. Aunque reconoce el "odio que les mueve", también se muestra "consciente de que la violencia nunca ha sido la solución a ninguno de nuestros problemas". No obstante, para que el diálogo fuera posible tendrían que desarmarse, renunciar a su afiliación con Al Qaeda y dejar de matar a somalíes".

En opinión de Dayib, "no se puede matar una ideología usando armas" y "el uso de la fuerza no ha servido para derrocar a Al Shabaab" pese al despliegue de unos 22.000 efectivos de la Misión de la Unión Africana (AMISOM) y unos 30.000 efectivos somalíes.

La clave está, según ella, en afrontar los problemas socioeconómicos de los que se nutren los terroristas. De los 12 millones de somalíes, el 75% tiene menos de 30 años y el 68 por ciento está en paro, algo de lo que se aprovecha Al Shabaab, que también habla de los problemas de educación y de atención sanitaria actuando "como una entidad nacionalista".

Por ello, hay que crear empleos y dar los servicios básicos para que evitar que sigan atrayendo a más jóvenes, lo que pasa por un Gobierno que realmente funcione, algo que no ocurre en la actualidad. De ahí, ha remachado, la importancia del diálogo.

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