Frank Noack, que perdió a su hija en el accidente aéreo, inició hace un mes la petición a la que también se sumaron unos 70 allegados de otras de las víctimas. "Nuestro objetivo no era lograr un número determinado de apoyos", asegura Noack en declaraciones a la agencia alemana dpa.
"Tras la tragedia, todavía no se han extraído las suficientes consecuencias", agregó el padre de familia, quien detecta numerosas incoherencias en relación al siniestro y considera que los investigadores aún no han logrado esclarecer cómo fue posible que la aeronave se estrellase.
En la petición, además de nuevas investigaciones que determinen las responsabilidades por lo sucedido, los familiares de las víctimas exigen someter a mayores controles a los pilotos, así como la puesta en marcha de un banco de datos sanitario en el que los médicos que tratan al personal de las aerolíneas puedan intercambiar información sin violar el secreto profesional médico-paciente.
El 24 de marzo de 2015, un avión de la subsidiaria de Lufthansa se estrelló contra un macizo montañoso en una región remota de los Alpes franceses cuando realizaba un vuelo de rutina entre Barcelona y la ciudad alemana de Düsseldorf con 150 personas a bordo, la mayoría españolas y alemanas.
De acuerdo con los investigadores, el copiloto Andreas Lubitz, de 27 años, estrelló el avión contra la montaña de manera intencionada. Además, pesquisas realizadas revelaron que, antes de la catástrofe, el copiloto padecía serios problemas de visión y depresiones, pese a los cuales le habían renovado su permiso de aviación.
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