El Foro Social Mundial, por primera vez en un país del norte, busca renovarse

Altermundialistas, críticos de las desigualdades e intelectuales comprometidos se darán cita desde el martes en Montreal en el marco de un nuevo encuentro del Foro Social Mundial(FSM), que por primera vez tendrá lugar en un país del norte e integrante del G7, con la intención de dar una nueva dinámica a este movimiento.

La 12 edición del FSM, una iniciativa surgida en 2001 en Porto Alegre, sur de Brasil, comenzará con una gran marcha en el centro de la principal ciudad de Quebec, la región canadiense de habla francesa, y se prolongará durante seis días, dijo a la AFP el coordinador del Colectivo del FSM, Raphael Canet.

El foro se define fundamentalmente como "un espacio de encuentro abierto que apunta a profundizar la reflexión" integrado por "instancias y movimientos de la sociedad civil que se oponen al neoliberalismo".

"Las desigualdades sociales se dan en todos lados, queremos superar la oposición norte-sur y decir que existen efectivamente problemas mundiales y también que hay pistas de solución", señaló Canet.

El primer FSM de Porto Alegre se presentó principalmente como un "anti Davos", en referencia al Foro Económico Mundial que congrega cada año en esa rica ciudad montañosa suiza a grandes empresarios y jefes de Estado y de gobierno.

Los organizadores prevén que esta edición del foro, en la que habrá representantes de unas 5.000 asociaciones de todo el planeta, atraiga menos de la mitad de las 100.000 personas que acudían habitualmente a los encuentros realizados en Brasil en la última década.

Ocho de cada diez asistentes provendrán además de las zonas cercanas a Montreal, al tiempo que más de 200 conferencistas y delegados extranjeros invitados a participar en el encuentro no lograron obtener visa de ingreso a Canadá. Entre ellos están la militante de Malí, Aminata Traoré, el presidente del sindicato palestino de empleados del correo Imad Temiza y el dirigente de la central sindical brasileña CUT Rogerio Batista.

Dominique Plihon, portavoz de la sección francesa de la organización no gubernamental Attac, admite que el FSM ha perdido bríos y necesita renovarse, pero señala también que instancias como estas son necesarias para organizar la resistencia al neoliberalismo.

"Siempre serán necesarios los encuentros internacionales, tenemos que crear movimientos internacionales. La idea es ganar en visibilidad, que los ciudadanos tomen conciencia de que hay alternativas posibles", afirmó.

Entre martes y domingo, más de un millar de organizaciones de la sociedad civil de 118 países organizarán alrededor de 1.200 actividades autogestionadas en diversos espacios de la ciudad, sobre todo las grandes universidades.

"Las alternativas económicas, sociales y solidarias ante la crisis capitalista, la defensa de los derechos de la naturaleza y la justicia ambiental, las migraciones y la ciudadanía sin fronteras, los derechos humanos y sociales" serán algunos de los 13 temas abarcados por esas actividades, según un comunicado de los organizadores.

La edición canadiense del foro, además, comprenderá, por primera vez, "siete grandes conferencias por día" durante tres días, "con el objeto de suscitar el interés de los ciudadanos en torno a 21 temas, entre ellos el ambiente, los paraísos fiscales, las desigualdades sociales, la educación".

Entre los alrededor de 80 conferencistas previstos figuran el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, la periodista ambientalista canadiense Naomí Klein y el filósofo francés Edgar Morin.

En sus 15 años de existencia, el FSM tuvo lugar mayoritariamente en Porto Alegre, pero también en Mali, India, Pakistán y dos veces en Túnez, incluida la última edición, en 2015.

El foro afirma haber elegido a Montreal debido al alto grado de activismo de su sociedad civil y su contacto con movimientos surgidos en los últimos años en otras partes del mundo, como los indignados españoles, el estadounidense Occupy Wall Street y el francés Nuit debout.

"Montreal apareció en el mapa de las movilizaciones sociales con la huelga estudiantil de 2012 en Quebec", que suscitó una "amplia iniciativa popular que logró la caída del gobierno", indicó Raphael Canet.

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