Hekmatyar expresa su apoyo al "sistema" en Afganistán y recalca que no apoyará que sea derribado

  • El líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, ha expresado este jueves su apoyo al "sistema" en el país, recalcando que no permitirá que sea derribado ni apoyará esfuerzos en este sentido.
EUROPA PRESS

En una rueda de prensa en la capital del país, Kabul, Hekmatyar ha afirmado que "nadie puede tomar el poder por la fuerza", añadiendo que "todos los afganos tienen derecho a hacer demandas, pero no a cortar las calles".

Las palabras del líder de Hezb-e-Islami llegan después de que cientos de personas se manifestaran la semana pasada en el centro de Kabul, en un intento de llegar al Palacio Presidencial durante una protesta por el atentado con camión bomba perpetrado días antes, que se saldó con al menos 150 muertos.

Asimismo, ha indicado que "los vecinos no deben apoyar la guerra en Afganistán y deben combatir el terrorismo", en medio de las acusaciones de Kabul contra Islamabad tras los últimos atentados en el país.

Por otra parte, Hekmatyar ha asegurado que su formación participará en las próximas elecciones parlamentarias, apuntando que todavía no ha tomado una decisión sobre las presidenciales, según ha informado la cadena de televisión local Tolo TV.

Hekmatyar regresó recientemente a Afganistán, y ha realizado varias comparecencias públicas --las primeras en 20 años-- para reclamar a los talibán que entreguen las armas y se unan al proceso de paz.

Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los ochenta, fue uno de los señores de la guerra que se vieron involucrados en una cruenta guerra civil tras la salida de las tropas soviéticas del país, que se saldó con cientos de miles de muertos, la mayoría de ellos civiles.

Durante dicho conflicto, los milicianos de Hekmatyar fueron responsables de gran parte de la destrucción de Kabul debido a sus continuos bombardeos contra la capital, que provocaron miles de víctimas civiles.

Posteriormente, accedió al cargo de primer ministro entre 1993 y 1994 --y de nuevo por un breve periodo de tiempo en 1996--, antes de que los talibán se hicieran con el control de la capital, provocando su huida a Irán, donde permaneció durante seis años en medio de la desconfianza por parte de Teherán.

Finalmente, fue expulsado del país en 2002 en medio de presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos y el recientemente establecido Ejecutivo afgano de Hamid Karzai tras la invasión estadounidense del país para expulsar a los talibán del poder.

Ese mismo año, emitió un comunicado para llamar a la 'yihad' contra Estados Unidos por su presencia en Afganistán, tras lo que fue declarado en 2003 como un "terrorista global" por el Departamento del Tesoro estadounidense.

Tras varios años en la clandestinidad y continuas amenazas contra Estados Unidos e Irán por supuesto respaldo a Washington durante la guerra contra el Gobierno talibán en 2001, Hezb-e-Islami resurgió con fuerza en 2008 con una serie de atentados contra las fuerzas de seguridad y las tropas de la coalición.

El pasado 29 de septiembre, Hekmatyar y el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, sellaron un acuerdo de paz, tras meses de negociaciones. Tras ello, el Gobierno reclamó a Naciones Unidas que levantara las sanciones impuestas al líder de Hezb-e-Islami.

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