Según ha informado la Benemérita este sábado en una nota, una llamada anónima alertó a la Guardia Civil del sufrimiento de una yegua en uno de los cortijos que existen en la Rambla Paulenca, en el término municipal de Guadix.
La patrulla del Seprona acudió donde se encontraba la yegua y descubrió que esta estaba tumbada en el suelo porque tenía los cascos deformados, ya que no se los habían cortado durante mucho tiempo.
Los agentes del Seprona se pusieron en contacto con los veterinarios de la Oficina Comarcal Agraria de Guadix y con los responsables del Refugio del Burrito de Málaga para que un veterinario le prestara unos cuidados mínimos a este animal.
Desde este refugio enviaron a una veterinaria para atender a la yegua, y dicha profesional, tras revisarla, informó a los agentes de que su estado corporal era "de gran delgadez por el grado de dolor que tiene y por la dificultad para poder ponerse de pie", todo ello derivado del "crecimiento de los cascos debido a que no ha tenido los cuidados necesarios de recorte desde hace al menos un año", y que "este crecimiento es tal que el casco se le ha clavado en la cara dorsal del menudillo y le ha provocado una gran herida".
La veterinaria recomendó el sacrificio inmediato del animal "debido a su estado de salud, a la imposibilidad de recuperación y por el bienestar del animal".
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