Islamabad prohíbe las manifestaciones antes de una protesta de la oposición

La justicia paquistaní prohibió el jueves cualquier tipo de reagrupamiento en la capital, Islamabad, justo cuando se prepara una gran manifestación de la oposición para sacar del poder al primer ministro Nawaz Sharif.

Esta decisión tiene lugar cuando Sharif se encuentra en una situación complicada. Por un lado, podría ser investigado a raíz de varias empresas off-shore en manos de su familia. Por otro lado, mantiene una posición delicada respecto al poderoso ejército paquistaní, cuyo nuevo jefe tiene que designar el próximo mes.

La prohibición de manifestarse en los próximos dos meses está directamente relacionada con la protesta organizada por el principal partido de la oposición, el Pakistan Tehreek-e-Insaf (Movimiento de la Justicia, PTI) el 2 de noviembre. La manifestación podría paralizar totalmente la capital por un tiempo indeterminado.

La protesta puede "amenazar la tranquilidad del público, crear problemas, causar heridos y poner en peligro vidas humanas y la seguridad pública", se justifica la Corte Suprema de Islamabad en su decisión.

Pero el PTI podría ignorar la prohibición, dando paso a enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.

El PTI, dirigido por el excampeón de críquet Imran Khan, es un partido populista cuyo principal objetivo es la lucha contra la corrupción.

Tras el anuncio de la Corte Suprema, Khan se declaró determinado a mantener la movilización, haciendo un llamado a "todos los paquistaníes" para participar en una manifestación "decisiva e histórica".

El carismático Khan exige desde hace meses que se investiguen los bienes en el extranjero de los hijos de Sharif a través de holdings off-shore, que salieron a la luz con los papeles de Panamá.

Respecto a este tema, la Corte Suprema tiene que decidir el 1 de noviembre si abre o no una investigación.

El PTI amenaza con bloquear la capital, como lo hizo durante cuatro largos meses en 2014, una movilización orquestada, según los observadores, por el ejército, para poder asegurarse el control de la política extranjera y de la seguridad interior.