El gobernador de Herat, Mohamad Asif Rahimi, indicó que el atentado fue obra de un único terrorista que abrió fuego contra los fieles antes de activar los explosivos que llevaba adosados.
Las autoridades locales han fijado el balance de víctimas en 29 muertos y más de 60 heridos, pero los milicianos de negro han asegurado a través de Amaq que al menos 50 personas perdieron la vida y otras 80 sufrieron lesiones.
En el último año los chiíes han sido objeto de varios atentados reivindicados por Estado Islámico. En lo que va de 2017, más de 1.700 civiles han perdido la vida por incidentes violentos en Afganistán.
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