Según informa la Junta en una nota, Medio Ambiente ya ha finalizado las obras de mejora en el Mirador de Narváez y en el Área Recreativa de la Canaleja Alta. La delegada territorial, Inmaculada Oria, ha detallado que estas actuaciones han consistido en la mejora de accesos y de la seguridad con la instalación de pavimento en hormigón impreso y reparación de la zona de subida, en el primer caso, mientras que en el segundo se ha colocado una valla y se ha construido un muro de mampostería, además de acometer la limpieza de cunetas.
El plan de la Junta consta de otras 54 actuaciones más en otros equipamientos del Parque Natural, en los términos de Baza y de Caniles, ha señalado Oria, quien ha indicado que el Gobierno andaluz destina en torno a 90.000 euros a este plan de equipamientos.
De esta manera, la Junta tiene previsto un total de 278 actuaciones en distintos equipamientos ambientales de 29 municipios de la provincia. Se prevén así trabajos en los Parque Naturales de Baza, Castril, Huétor y Tejeda, Almijara y Alhama; también en Zonas de Especial Conservación (ZEC) como los de la Sierra de La Sagra, Sierra Arana, Aguas Blancas; actuaciones en el Paraje Natural de los Acantilados de Maro Cerro Gordo; y en los dos Parques Periurbanos de la provincia, el de la Dehesa de Santa Fe y el de la Dehesa del Generalife, además de en otros montes públicos de la provincia granadina donde Medio Ambiente dispone de algún equipamiento de uso público con necesidades de mejora.
Este proyecto, cuyo plazo de ejecución se estima en unos 18 meses, está financiado en un 75 por ciento por Fondos Feder y el resto con fondos propios de la Junta, con una inversión total de 462.500 euros.
CONSERVACIÓN Y PREVENCIÓN
El objetivo principal de estos trabajos es minimizar las amenazas derivadas del uso público que afectan a la conservación de los espacios naturales y su biodiversidad, con especial atención a la Red Natura 2000, contribuyendo a la gestión preventiva de riesgos.
Se persigue reforzar la protección de los espacios naturales y de la biodiversidad del territorio, incrementar el conocimiento y un uso sostenible de estos espacios naturales, así como recuperar la superficie degradada.
Para ello, se trabaja en la creación de nuevos equipamientos medioambientales o de nuevas dotaciones en los existentes, como vallados, barandillas, mesas, bancos, aseos, aparcamientos, etcétera, con la pretensión de garantizar la seguridad, adaptar el espacio a personas con discapacidad o aumentar la integración paisajística, entre otras metas.
También se interviene en la eliminación o mejora de infraestructuras o dotaciones que puedan suponer una amenaza para la conservación de la biodiversidad o del paisaje, incluyendo la señalización asociada, así como en la contención de la erosión y pérdida de suelo a través de correcciones hidrológicas como la recuperación o apertura de cunetas en senderos, muretes perimetrales, canalizaciones de la escorrentía superficial, entre otras cosas.
Además, se actúa en el manejo de la vegetación para mejorar su integración en el entorno, frenar la erosión y desertificación, y minimizar riesgos para la seguridad del usuario y del medio natural, con podas, desbroces, creación de setos y pantallas verdes, realces, resalveos, etcétera.
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