Por el momento se desconocen los motivos de la detención y deportación, si bien tuvieron lugar poco después de que Dak aplaudiera el cese el comandante de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS), el keniano Johnson Kimani Ondieki.
El cese de Ondieki, anunciado tras la investigación interna sobre su papel en la protección de civiles durante los enfrentamientos en julio en la capital, Yuba, ha llevado al Gobierno de Kenia a retirar a los 1.200 efectivos que había aportado a la UNMISS.
Familiares de Dak han confirmado su deportación en declaraciones al diario 'Sudan Tribune', medio al que también han confirmado las informaciones miembros del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPML-IO).
El propio Machar, que se encuentra en Sudáfrica recibiendo tratamiento médico tras resultar herido en los enfrentamientos en Yuba, habría contactado con las autoridades de Kenia para lograr la liberación de Dak.
La violencia ha ido en aumento en el que es el país más joven de África desde julio de 2016, cuando se retomaron los combates entre las fuerzas leales al presidente, Salva Kiir, y los combatientes leales a Machar.
Machar huyó de Sudán del Sur y se trasladó a Sudán --y después a Sudáfrica--, desde donde emplazó a sus fuerzas a reorganizarse para mantener una "resistencia armada" frente al Gobierno de Kiir.
La rivalidad entre Kiir, de etnia dinka, y Machar, que es nuer, se tradujo en un primer conflicto en diciembre de 2013, cuando el presidente del país decidió cesar a Machar como su número dos.
El conflicto entre los dos bandos terminó con un acuerdo de paz firmado en agosto de 2015 y que implicaba el regreso de Machar a para que volviera a ser nombrado vicepresidente del país, nombramiento que llegó en abril de 2016.
Sin embargo, las continuas violaciones del pacto y los graves combates de julio llevaron al cese de Machar, que fue relevado en el cargo por el general Taban Deng Gai.
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