Leprosos piden fin de la exclusión en un congreso en el Vaticano

Ex enfermos de lepra alzaron su voz contra la exclusión y el estigma que aún les persigue en sus países natales, durante un congreso celebrado este viernes en el Vaticano.

La lepra está prácticamente extinguida en el mundo gracias a un tratamiento eficaz y barato desarrollado en los años 1980. Pero cada año, unas 200.000 personas contraen la enfermedad, en particular en India, Indonesia y Brasil. Y el estigma ancestral perdura, incluso años después de la curación.

"A los 14 años me diagnosticaron lepra. Mis padres me querían y para que no fuera quemado o herido, me encerraron en una casa", explicó Yuan Yahua, nacido en una familia campesina china.

Vagavathali Narsappa, un indio al frente de una asociación de exenfermos, fue en cambio repudiado por sus padres. No volvió a ver a su hermana hasta décadas más tarde, cuando ella se enteró de que sus hijos y nietos habían nacido sanos.

El japonés Natsuko Tominaga, de 80 años, prefirió quedarse 60 años en su leprosería, a pesar de que se curó a los 18 años. Quería ayudar a los que consideraba su nueva familia.

Más de 200 investigadores y pacientes participaron en este congreso de dos días en un instituto del Vaticano.

"La exclusión sigue", declaró a la AFP el presidente del directorio de la Fundación Raoul Follereau, Michel Recipon, quien sin embargo destacó el compromiso de los exenfermos.

"Cuando dejan de tener miedo, empiezan a defender a sus compañeros", explicó.

Además de los participantes en este congreso, unos 20.000 enfermos o minusválidos participaron en su jubileo, que culminará el domingo con una misa del papa Francisco.

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