Según informa el diario 'O Globo', en este discurso realizado en el final del velatorio de la ex primera dama Marisa Letícia Lula, el expresidente ha afirmado que está con la conciencia tranquila y sin la necesidad de demostrar su inocencia.
No obstante, también ha señalado que este caso salpicó a su mujer lo que ha hecho que ella muriera "triste". "Marisa murió triste por las canalladas que han hecho con ella y por las imbecilidades y maldades que le han hecho", ha señalado.
"Tengo 71 años", ha seguido Lula, "voy a vivir mucho porque quiero demostrar los desesperados que atacaron con frivolidades contra Marisa tengan un día la humildad de pedirle disculpas a ella", ha señalado el exmandatario brasileño.
"Estoy seguro de la conciencia y del trabajo de mi mujer. Ahora no soy yo quien tiene que demostrar su inocencia. Ellos son los que necesitan demostrar que las mentiras que han estado contando, querida compañera Marisa, descanse en paz porque tu "Lulinha Paz y Amor" va a seguir peleando mucho", ha asegurado en la despedida de su esposa, que murió este viernes a los 66 años.
El estado de salud de Marisa Letícia se había complicado en las última jornadas, después de que tuviera que ser sometida la semana pasada a una cirugía endovascular para reparar un aneurisma.
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