MADRID. EXIGEN EL CAMBIO DE NOMBRE DE LA CALLE DEDICADA AL PSIQUIATRA DE LAS LOBOTOMÍAS A HOMOSEXUALES

- Reivindican la aplicación de la “memoria histórica LGTB” en la calle del doctor López Ibor. Varios activistas del colectivo LGTB madrileño se han mostrado indignados con que la capital siga manteniendo en su callejero una vía pública dedicada al doctor Juan José López Ibor, que practicó lobotomías y terapias de electrochoque para ‘curar’ la homosexualidad durante la dictadura.
El callejero madrileño modificó el pasado mes de junio la denominación de 52 vías públicas por rendir homenaje a nombres relacionados con el franquismo, pero el doctor Juan José López Ibor se libró de la criba, como han denunciado, entre otros, la diputada socialista y transexual Carla Antonelli o un investigador de memoria histórica LGTB.
Colindando con la M-30, a su paso por el barrio de Valdezarza y perpendicular a la calle del doctor Ramón Castroviejo, se encuentra la vía dedicada al psiquiatra que en los años 60 aplicaba terapias de electrochoque y lobotomías a pacientes psiquiátricos, entre ellos muchos homosexuales, como recuerda su ‘colega’ Enrique González Duro.
Entre 1965 y 1966, Duro ejerció como aprendiz en el chalet que López Ibor empleaba como clínica y que contaba con una treintena de habitaciones, todas ellas con unos “enchufes especiales” para conectar el ‘electroshock’ y que el psiquiatra aplicaba -según su pupilo- sin consentimiento del paciente o de la familia, explicó en declaraciones a Servimedia.
En un contexto en el que las personas homosexuales eran ‘desviados’ y la homosexualidad era considerada una enfermedad, López Ibor -un médico “encumbrado por el franquismo”, según Duro- aplicaba sus técnicas para remediar este ‘mal’.
Alberto Ruiz-Gallardón decidió en su etapa como alcalde de Madrid dedicar la calle en la que se emplaza la clínica -ahora gestionada por su descendencia- a quien “más lobotomías a homosexuales hacía”, según el relato de su aprendiz, que llegó a participar en terapias de electrochoque que hoy censura.
Ramón Martínez, investigador y autor de ‘La cultura de la homofobia’ (Egales, 2016), explicó a esta agencia que muchos de los pacientes homosexuales que llegaron a manos del doctor López Ibor lo hicieron a raíz de la ley sobre peligrosidad y rehabilitación social de 1970, la cual obligaba a “rehabilitar” homosexuales y transexuales mediante “todo tipo de perrerías”.
“Entre todas las terapias posibles, algunas eran simples comecocos y otras iban más allá, con electroshocks e incluso con lobotomías para intentar curar la homosexualidad y que dejaban a la gente hecha polvo”, manifestó Martínez, investigador de Memoria Histórica LGTB.
De hecho, tal y como recuerda Duro, muchos pacientes ‘lobotomizados’ deambulaban por la clínica de Juan José López Ibor bien en un estado de “hiperactividad” o prácticamente como un “vegetal”, ya que las secuelas son dispares.
PARA ‘LA VENENO’
La asociación LGTB de Madrid Arcópoli ya propuso en noviembre del año pasado que esta calle estuviera dedicada a ‘La Veneno’, la popular ‘vedette’ que fue un símbolo de los años 90 para el colectivo. No obstante, la artista será homenajeada con una placa en el Parque del Oeste.
Ramón Martínez, que fue quien dio la primera voz de alarma del hecho de que López Ibor se salvara del cambio de nombres del callejero en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, aseguró que el psiquiatra puede ser “muy respetable por sus aportaciones a la Psiquiatría, pero eso no quita que parte de su actividad profesional se haya dedicado a torturar homosexuales”.
El investigador reivindicó que “hay memoria histórica más allá de los represaliados políticos”, ya que “también hay represaliados sociales”, por lo que pide al Ayuntamiento de Madrid que trabaje “por la memoria histórica de todo el mundo” para evitar que personas que contribuyeron a la represión de homosexuales sean homenajeadas en el callejero.

Mostrar comentarios