La etarra Majarenas dice que su hija necesita estar con ella para su recuperación "psicológica" y "emocional"

  • La niña cumple hoy tres por lo que no podrá seguir viviendo con la madre en la cárcel de Picassent
EUROPA PRESS

La presa de ETA Sara Majarenas ha subrayado que su hija Izar físicamente esta bien, "a pesar de todo lo sufrido", pero ha incidido en que "queda mucho recorrido por hacer en lo psicológico y lo emocional", por lo que ha reclamado poder estar con la pequeña.

"Izar sale a la calle, y no puede volver a sentir que se separa de mí. Yo la necesito a ella, ella me necesita a mí. Si no, no habrá reparación posible. O por lo menos, costará mucho mas", ha manifestado la reclusa donostiarra en una carta publicada en el diario Gara, recogida por Europa Press.

Izar, la hija de Majarenas, cumple este jueves los tres años de edad, por lo que -según la legislación penitenciaria- ya no podrá seguir viviendo con su madre en la cárcel de Picassent (Valencia). La menor fue apuñalada en enero presuntamente por su padre, con el que pasaba algunos fines de semana fuera de la prisión. La abuela de la niña se ha desplazado a Picassent y permanece a la espera de recogerla para encargarse de cuidarla.

En la misiva, la presa donostiarra expresa su agradecimiento por "el apoyo, el cariño y la fuerza" que ha recibido "desde el primer momento" tanto ella, como la pequeña Izar y toda su familia. "Sin toda esta fuerza y energía, nada de esto hubiera sido posible", remarca.

"Sin duda, he vivido y estoy viviendo el momento más duro y difícil de mi vida", manifiesta Majarenas, quien asegura que lo ocurrido con la agresión a su hija es "algo impensable" y que "nunca" imaginó que podría ocurrirle a ella.

"Como si estas cosas solo pasaran a los demás, como si yo nunca pudiera ser víctima de la violencia machista, pero sin embargo, me ha pasado, demostrando una vez más que la lacra de la violencia sexista se expande absolutamente por todas partes", afirma.

"NO ES UN ACCIDENTE"

En esa línea, remarca que "lo que le ha tocado vivir" a Izar "no es fruto de un simple accidente, ni de una enfermedad casual", ya que a la pequeña "le intentó asesinar su propio padre, con la única intención de dañarme a mí y a toda mi familia" y se felicita por el hecho de que "afortunadamente erró en su objetivo".

"Izar ha luchado como una 'txapelduna' (campeona en euskera) y físicamente, a pesar de todo lo sufrido, está bien", destaca Majarenas quien, no obstante, incide en que "queda mucho recorrido por hacer en lo psicológico y lo emocional". "Izar no está bien en ese sentido, y esa es mi máxima preocupación en estos momentos, no entiende qué le hizo su propio padre, y no entiende tampoco por qué ha desaparecido de su vida de repente", detalla.

Según relata la presa, en estas "largas" cinco semanas que Izar ha estado hospitalizada, "lo más duro fue estar separadas durante tres semanas, viéndonos únicamente una hora cada dos días", algo que supuso "una verdadera tortura" para su hija, "añadiendo a todo su grave cuadro, tanto físico como psicológico, una acentuada ansiedad por la separación de la madre".

Por todo ello, subraya que Izar "necesita a su amatxo más que nunca" y defiende que "hoy es el día que no nos puede volver a pasar lo mismo". "Izar sale a la calle, y no puede volver a sentir que se separa de mí. Yo la necesito a ella, ella me necesita a mí. Si no, no habrá reparación posible. O por lo menos, costará mucho mas", insiste.

Finalmente, reitera el agradecimiento por "toda la fuerza que estáis haciendo, entre todos, desde todos los lugares y desde todos los ámbitos, para que entre todas consigamos: "Izarrekin Sara Etxera!".

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