"Salimos hoy a protestar juntos judíos y árabes contra el racismo de este Gobierno, que está destruyendo hogares árabes", ha reprochado el activista Majed Abú Bilal, de una de las organizaciones convocantes.
Los participantes denuncian que el Gobierno está separando aún más a árabes y judíos, todos ellos ciudadanos israelíes, mediante medidas discriminatorias. Por ello han pedido el fin del racismo para que "judíos y árabes dejen de ser enemigos".
La manifestación se produce en un momento sensible con demoliciones de edificaciones ilegales árabes en Qalansawe y Umm al Hiran, en la región del Neguev. En esa misma zona el árabe-israelí Yaqub Abú al Qiyan murió tiroteado tras atropellar a varios policías.
Entre los oradores de la manifestación está Amal Abú Saad, esposa de Yaqub Abú al Qiyan. "Exigimos una investigación independiente. Desde el incidente nadie ha hablado con nosotros para explicarnos lo que ha ocurrido. Somos ciudadanos de Israel y queremos que se nos trate con respeto. Quiero ser como cualquier otro. Quiero el mismo respeto que tienen los habitantes de Amona. Queremos saber la verdad", ha argumentado.
La manifestación está convocada por una veintena de organizaciones de defensa de Derechos Humanos como el Consejo de Pueblos No Reconocidos del Neguev, Rabinos por los Derechos Humanos y los partidos Meretz y Hadash.
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