Este escrito, dedicado a la festividad del Corpus Christi, ha recordado que la "carne" de Cristo es el "alimento de vida eterna" y que el propio Jesús "tiene todo lo necesario para quitar la sed". "Las demás aguas no sacian", ha señalado.
El cardenal ha afirmado que la fiesta de la Eucaristía existe "para entender mejor" a Cristo y demostrar que el amor de Dios es "cercano, incondicional y disponible siempre para toda persona que quiera tener fuerza en el camino".
En su misiva, Osoro ha instado a los "discípulos" de Cristo a ir a la ciudad para "ver a quienes llevan cántaros de agua para dar de beber a los demás", aunque es desde el Cenáculo desde donde "siempre" ha de comenzar la misión de "llenar de vida del amor". "Salgamos siempre con Él a todos los caminos donde están los hombres", ha instado el cardenal.
"Todos los caminos de la humanidad son de los discípulos de Cristo, pero no podemos salir de cualquier manera. Recordemos aquellas palabras que los primeros discípulos tuvieron muy en cuenta: 'Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra'", ha recordado Osoro, quien invita a los participantes de la Eucaristía a "llenar la sala" y "llamar a los hombres al banquete".
Así, el arzobispo asegura que hay que vivir "alimentándose de Él y dando lo que Él da" para comunicar a todos los hombres la Buena Nueva a través del misterio de la Eucaristía, centrado en "la escuela del Amor más grande" --porque cambia la vida-- y la de "la esperanza verdadera" como hizo con el pueblo de Israel al cruzar el desierto.
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