UNA AVISPA PARÁSITA PUEDE CONTROLAR LA PLAGA DE GORGOJOS EN EUCALIPTOS IBÉRICOS

La plaga de gorgojos que afecta a las plantaciones de eucaliptos de la Península Ibérica puede combatirse utilizando uno de sus enemigos naturales, una pequeña avispa parásita, lo que evita el uso de pesticidas y contaminantes que dejan secuelas en los ecosistemas.
Así se recoge en un estudio en el que participaron Miguel Ángel Alonso Zarazaga, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), y otros cinco científicos portugueses, y que ha sido publicado en la revista ‘BioControl’.
Las plantaciones de eucalipto sufren desde hace años la invasión de un gorgojo (coleóptero de la familia ‘Curculionidae’) australiano, continente del que son originarios estos árboles.
En el caso de España y Portugal, el insecto ataca a los árboles a través de sus larvas, que se alimentan de las hojas impidiendo la formación de nutrientes para el resto de la planta y, por tanto, dificultando su crecimiento. Una forma de hacer frente a estas plagas es el control biológico, en el que se emplean enemigos naturales de la especie para eliminarla.
Inicialmente se creyó que la especie de la península era la misma que amenazaba a los eucaliptos en Francia e Italia (‘Gonipterus scutellatus’), pero hace unos años se descubrió que se trataba de ‘Gonipterus platensis’, otra especie muy parecida de gorgojo del mismo género.
“Una vez que hemos conseguido identificar la especie concreta con la que nos enfrentamos, hemos buscado a su enemigo natural, el organismo más efectivo para luchar contra esta plaga”, explica Alonso Zarazaga.
Hasta ahora se estaba trabajando con ‘Anaphes nitens’, una pequeña avispa que ataca los huevos de los gorgojos, pero, frente a otras regiones, su efectividad era irregular en la Península Ibérica. La candidata elegida ha sido ‘Anaphes inexpectatus’, pariente de la utilizada anteriormente y enemigo natural de ‘Gonipterus platensis’. “Esta avispa parásita deposita sus huevos dentro de los del escarabajo para que se alimenten de sus nutrientes hasta que al final de su desarrollo emerja el adulto”, señala Alonso Zarazaga.
Conociendo la plaga y el mecanismo para erradicarla, se podría pensar que ya está todo listo para poner en acción el proceso. Sin embargo, el investigador español aclara que “el control biológico de plagas requiere tener en cuenta otros aspectos antes de aplicarlo en el campo, como el riesgo de que el parásito ataque a otras especies distintas de la objetivo”.
Para comprobar que esto no sucede, capturaron en Australia individuos adultos de ‘Anaphes inexpectatus’ y se expusieron a las puestas de distintas especies de insectos potencialmente vulnerables a su ataque.
Así, para cada especie comprobaron la cantidad de huevos afectados y cuántos llegaban a desarrollar el individuo adulto. “Los resultados del experimento muestran que la efectividad de ‘Anaphes inexpectatus’ sobre los huevos de ‘Gonipterus platensis’ es del 100%, mientras que apenas afecta al resto de especies sobre las que se ha probado”, indica Alonso Zarazaga.

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