LAS AVES PODRÍAN TRANSPORTAR LA QUITRIDIOMICOSIS, ENFERMEDAD LETAL PARA LOS ANFIBIOS

Las aves acuáticas podrían estar detrás de la dispersión del hongo 'batrachochytrium dendrobatidis', que está diezmando las poblaciones de anfibios en todo el mundo, según dos trabajos publicados en 'J. of Wildlife Diseases' y 'Biological Invasions' y en los que han trabajado investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y de la Universidad de Puerto Rico.
El estudio sostiene que el patrón errático y a saltos de propagación de la enfermedad se explicaría porque las aves transportan el hongo.
El papel de las aves acuáticas como vectores de la enfermedad es lo que han demostrado en los Andes bolivianos los investigadores.
Para este trabajo se centraron en Bolivia y buscaron la presencia del patógeno analizando tejidos de las patas de aves acuáticas andinas colectadas entre 1977 y 1997, periodo durante el cual comenzó la alta incidencia de la enfermedad en la región.
"Gracias a la colecciones de historia natural hemos podido escoger 48 ejemplares de aves. Tomamos muestras del tejido de las patas y, utilizando técnicas de amplificación y secuenciación de ADN, pudimos confirmar la presencia del hongo en casi la mitad de ellas”, explicó el investigador del MNCN Ignacio De la Riva.
En otro trabajo complementario el mismo equipo estudió los patrones geográficos y taxonómicos de la presencia del patógeno en los Andes bolivianos. En este caso tomaron muestras de tejidos de ranas depositadas en nueve museos que cubrían el periodo entre 1863 y 2005, además de ejemplares capturados en la naturaleza entre 2009 y 2016.
Así pudieron hallar el registro más antiguo que se conoce del patógeno en el mundo, en una rana gigante del lago Titicaca colectada en 1863 y trasladada al MNCN por la Comisión Científica del Pacífico.
Los investigadores sugieren que a lo largo de la historia puede haber habido dos cepas distintas del patógeno. “Por un lado está la presencia antigua que parece deberse a una cepa endémica, y por otro una infección más reciente que proviene de una cepa más virulenta que surgió en la década de los 90 y que es coincidente con el descenso drástico de las poblaciones de anfibios que venimos registrando en Bolivia”, concluyeron.

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