Perú, considera exportar excedente de energía

En la selva alta de Perú, a las seis de la tarde, entre la quietud del bosque, la hidroeléctrica Chaglla se enciende, integrándose a una matriz energética que permite al país no solo abastecer su demanda interna de energía sino la posibilidad de exportarla.

Perú, segundo mayor productor mundial de plata, tercero de cobre y quinto de oro, crece más que sus vecinos y su matriz energética ha ido de la mano con esa expansión.

"Las hidroeléctricas que se construyen desde 2009, las termoeléctricas que funcionan con gas y las duales (que operan con gas o diesel), más la caída de la demanda que hubo hace algunos años, dan al Perú ahora un superávit de energía, con una reserva bastante grande", explica a la AFP el exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera.

En 2015, la energía hidráulica correspondió a 34% del consumo, mientras que el 63% es de origen térmico, y el resto solar o eólico. Con la entrada de Chaglla, un proyecto en la región Huánuco (centro) de Odebrecht Ingeniería, y el próximo ingreso de la central Cerro del Águila en Huancavelica (centro sur), la generación hidráulica se acercará al 40% en el país, según expertos.

Al asumir la presidencia en julio, Pedro Pablo Kuczynski, un liberal moderado, planteó exportar energía al vecino Chile, propuesta ratificada recientemente por su ministro de Economía, Alfredo Thorne.

Perú tiene una potencia instalada de 12.189 MW, del cual 10.718 KW son para el mercado eléctrico, según datos del gobierno al 2015. El país en su máximo punto de consumo, gasta unos 6.600 MW, explica el exministro Herrera. Pero, para exportar, hay mucho por resolver antes.

"En Perú, la población debe sentirse segura de que no le falta energía. Cuando todos tengan conciencia de los excedentes, se podrá exportar", indica a la AFP el director de Odebrecht Energía para América Latina, Erlon Arfelli.

Con un crecimiento promedio de demanda de 500 MW por año y proyectos en marcha, Perú no debería tener problemas al menos en el próximo quinquenio. Sin embargo, desde 2021, expertos precisan que ya no hay proyectos comprometidos.

La reciente entrada en operación de represas hidroeléctricas, al ofrecer un costo menor, permite destinar la energía producida al consumo local, por lo que la producida por las plantas de gas se destinaría a la exportación.

"Si el Perú tuviera que exportar energía debería usar esas generadoras a gas, es decir las reservas de Camisea (sur) y en estos momentos hay dudas de que esa reserva alcance incluso para la demanda interna", considera Herrera.

Si se quiere exportar la energía proveniente de las hidroelécticas, tendrían que instalarse más, pero su construcción es lenta y cara, agrega.

La hidroeléctrica Chaglla, evaluada en 1.400 millones de dólares, es una megaobra: un túnel de 14,4 km de largo que atraviesa los cerros amazónicos para conducir el agua del río Huallaga hacia las turbinas, que generan hasta 456 MW, potencia que cubre la demanda de 1 millón de familias.

Está situada en la selva alta de Perú -zona que precede a los Andes- en un área con vegetación pero con poca población y cultivos. Entre los cerros se construyó una represa de 4,7 km2 de extensión y 211 metros de alto, convirtiéndose en el segundo embalse de mayor altura del mundo (el primero está en China, con 220 metros). El cauce natural del río es aprovechado, además, para impulsar una pequeña central de 6 MW.

A diferencia de otras zonas de selva, en este sector el impacto ambiental es menor, y Odebrecht ha recompensado con reforestación. Incluso el embalse de la represa es usada como vía de transporte entre comunidades, que viajan en lancha.

"Lamentablemente no hay cómo construir sin agredir el medio ambiente, pero lo que impactamos, devolvemos", considera Edmaldo da Silva, director de Implantación de Chaglla.

Pero mientras más se acerquen a la selva baja, con amplias zonas de cultivo y población, las represas pueden inundar extensas áreas, por lo que genera rechazo de las comunidades locales.

"Perú tiene un potencial de generación de 20.000 MW en la zona andina y otros 20.000 MW en la selva. Pero este último va a ser difícil que se desarrolle, porque ya encontraron problemas ambientales", explica el exministro Herrera.

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