El Plan de Residuos instará a los hosteleros a entregar a la clientela la comida sobrante en envases

El Plan de Residuos de Cantabria 2017-2023, recientemente aprobado, incluirá acciones dirigidas a reducir el despilfarro alimenticio, instando a los hosteleros a entregar a la clientela la comida sobrante en envases, entre otras medidas, y a minimizar el uso de bolsas de plástico en el pequeño comercio.

Dos medidas que, junto al resto de detalles de este "ambicioso proyecto" plurianual de 9,1 millones de euros, ha presentado hoy la jefa del Servicio de Prevención y Control de la Contaminación de la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, Berta González Arreba.

Lo he hecho dentro del Curso de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) titulado 'Impulsando oportunidades de cambio en el binomio residuo-recurso', que se ha clausurado hoy en la sede de Suances, en El Torco.

Así, según ha informado la institución académica en un comunicado, entre las acciones para reducir el despilfarro alimenticio, González ha explicado que se articularán una serie de medidas --en coordinación con la ODECA (Alimentos de Cantabria)--, para promover que el sector de la hostelería facilite a sus clientes en envases los restos de sus comidas no acabadas, de forma que se lo puedan llevar a casa.

"Ello evitará que terminen en el contenedor de la basura y supondrá también un ahorro para los ciudadanos, que podrán consumirlo en otro momento", ha dicho.

Igualmente, y en esta misma línea, se trabajará en la reducción de los desperdicios alimenticios en el ámbito de los comedores escolares.

Respecto al uso de bolsas reutilizables en el pequeño comercio, la técnico ha indicado que el objetivo del Gobierno de Cantabria con el Plan de Residuos es sumar este sector a la iniciativa ya adoptada desde las grandes superficies de cobrar las bolsas de plástico y de que éstas sean reutilizables.

OBJETIVOS

El Plan de Residuos de Cantabria detalla, con un cronograma definido, las medidas a adoptar para reducir los residuos tanto en el ámbito doméstico como industrial (aceites usados, neumáticos, restos de construcción, etcétera) o comercial.

Así, el objetivo es que para el año 2020 los vertidos procedentes de residuos domésticos se hayan reducido en un 35%.

Para lograr todos estos objetivos, desde la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria se desarrollarán campañas de concienciación tanto entre los ciudadanos como en sectores concretos como comercio, la hostelería o la industria.

"Se trata de un plan ambicioso, un instrumento que dirigirá y coordinará toda la política medioambiental del Gobierno, y que nos va a permitir conseguir todos los objetivos establecidos a nivel europeo y nacional", ha defendido González.

Una línea de trabajo en la que los ayuntamientos tienen una labor "fundamental", por lo que "será importante que exista una estrecha colaboración entre las administraciones, implicándose tanto en el modelo de gestión como en la mejora del sistema de recogida y la prevención de residuos", ha avanzado.

El Plan centrará su mayor esfuerzo inversor en los dos primeros años de ejecución, periodo en el que se prevén construir cuatro nuevos puntos limpios en Piélagos, Santa Cruz de Bezana, Arnuero y Laredo.

En este sentido, "se está estudiando" la petición del Ayuntamiento de Torrelavega de ser el primer municipio cántabro en contar con contenedores marrones para la recogida de residuos orgánicos, destinados a la producción de compost. "Quizás empecemos por Torrelavega, efectivamente", ha avanzado la técnico.