DÍA SIN TABACO. EL RIESGO DE INFARTO DISMINUYE 24 HORAS DESPUÉS DEL ÚLTIMO CIGARRILLO

- Según señala la Sociedad Española de Hipertensión en el Día Mundial sin Tabaco. El riesgo de infarto disminuye solo 24 horas después de dejar de fumar, según informó la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha) con motivo del Día Mundial sin Tabaco, que se celebra hoy.
Asimismo, explicó que a ocho horas después del último cigarrillo los niveles de nicotina y monóxido de carbono en la sangre se reducen a la mitad y el de oxígeno se aproxima al de una persona no fumadora.
Por otra parte, aseguró que una vez transcurridas 48 horas sin fumar, se recupera la capacidad de oler y saborear y la nicotina desaparece del organismo. A los tres días aumenta la capacidad pulmonar, se reduce la tos y aumenta la sensación de bienestar, y a los 15, mejora de forma generalizada la circulación sanguínea y desaparece la dependencia física a la nicotina.
Asimismo, la Seh-Lelha informó de que al mes, o como mucho dos meses después de dejar de fumar, la presión arterial recupera sus valores normales y mejora el flujo de la sangre a las manos y los pies. Y es que además, si se sufre hipertensión, el abandono del tabaco es la medida aislada más eficaz para prevenir las enfermedades tanto cardiovasculares como no cardiovasculares.
El presidente de la Seh-Lelha, Julián Segura, indicó que el consumo de tabaco, así como otros hábitos nocivos, como el sedentarismo, el exceso de sal, las dietas hipercalóricas, el consumo excesivo de alcohol o el estrés, influyen decisivamente en el desarrollo de la hipertensión y en la aparición de complicaciones cardiovasculares.
CÓMO DEJAR DE FUMAR
Según la doctora Ana Furió, miembro de la Seh-Lelha, toda aquella persona que desee dejar de fumar y no sea capaz puede pedir ayuda a su médico de Atención Primaria, que le dará unas pautas sobre cómo conseguirlo y acordará con el paciente un seguimiento.
Según esta experta, el médico también podrá facilitar al paciente tratamientos farmacológicos que ayudan a dejar de fumar y duplican las tasas de abstinencia, y si el fumador tiene miedo, por ejemplo, a engordar si deja el tabaco, el facultativo puede prescribir ejercicio físico o las recomendaciones dietéticas que fueran necesarias para evitarlo.
Para dejar de fumar, Furió dijo que hay que provocar cambios conductuales en la rutina del día a día, como sustituir el cigarro de después de comer o de media mañana por un paseo. Además, aconseja a quien lo esté intentando que se proponga reducir el número de cigarrillos poco a poco, aunque el objetivo final sea dejar el tabaco completamente.
También recomienda calcular cuánto dinero se gasta al mes en tabaco, y según se vaya reduciendo el número de cigarrillos, meter en una hucha el dinero que se vaya ahorrando para hacerse un regalo.

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