Referéndum territorial en Darfur, boicoteado por rebeldes

La región sudanesa de Darfur, devastada por una larga guerra civil, celebraba este lunes un referéndum sobre su organización territorial, una consulta criticada por la comunidad internacional y boicoteada por grupos rebeldes.

En la consulta, que durará tres días y se celebra pese a la violencia en algunas zonas, se decide entre unificar los cinco estados de la región o mantener la situación actual.

Desde hace tiempo, los insurgentes que desde 2003 luchan contra el gobierno central sudanés reclaman un Darfur unido dotado de una mayor autonomía.

Sin embargo han decidido boicotear por "injusto" el referéndum, celebrado por impulso del presidente Omar al Bashir, reclamado por la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio en esta región del oeste del país.

"Voté por una región única, quiero una región para solventar los problemas de Darfur", dijo una votante, Fathiya Adam Hassan, en una de las oficinas habilitadas en un campo de desplazados.

Otra electora, Samia Harun, votó por el actual sistema de cinco estados, defendido por el gobernante Partido del Congreso Nacional. "Quiero los cinco estados, y quiero que gane esa opción", dijo.

Darfur fue una región unificada hasta 1994, cuando el gobierno decidió dividirla en tres estados, a los que se añadieron dos más en 2012, argumentando que de esa forma la administración local sería más eficaz.

La región, casi del tamaño de España, está inmersa en un sangriento conflicto desde 2003, cuando rebeldes de origen no árabe se rebelaron contra el gobierno de Al Bashir por considerarse marginados del poder.

Los rebeldes piden regresar a una sola región, pero argumentan que ante la violencia persistente y el elevado número de personas desplazadas, la votación no puede ser justa, por lo que decidieron boicotearla.

Estados Unidos dijo también que en estas condiciones el referéndum "no puede considerarse como una expresión creíble de la voluntad popular". Pero Sudán considera que el momento es apropiado y afirma que hay mucho interés por el referéndum.

Además de los millones de desplazados provocados por el conflicto, al menos 300.000 personas han muerto, según la ONU. El gobierno de Jartum habla por su parte de 10.000 muertos.

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