La Sala visiona dos ruedas de reconocimiento en las que Ortiz fue señalado por las víctimas

La Sala visiona dos ruedas de reconocimiento en las que Ortiz fue señalado por las víctimas
La Sala visiona dos ruedas de reconocimiento en las que Ortiz fue señalado por las víctimas
EUROPA PRESS
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Así lo ha detallado el abogado de la familia de una de las menores que sufrió las vejaciones del conocido como pederasta de Ciudad Lineal.

En la sesión de esta mañana, el acusado se ha limitado a acogerse a su derecho a no declarar y a manifestar que conocía los hechos que se le imputan. El supuesto pederasta se enfrenta a penas de hasta 126 años de cárcel.

La fiscal pide 77 años y medio por cuatro delitos de agresión sexual, cuatro de retención ilegal y uno de lesiones. Una de als acusaciones particulares eleva su petición a 126 años al calificar dos de las agresiones de tentativa de homicidio, ya que se puso en riesgo la vida de dos de las niñas.

Tras su declaración, la Sala ha visionado las pruebas preconstituidas de dos de las niñas, de la testigo número 2 y la testigo número 3.

La agresión a la testigo número 2 sucedió el 24 de septiembre de 2013, cuando Ortiz presuntamente y según el fiscal abordó a una niña de cinco años en un parque infantil. La engañó diciéndole que conocía a su madre y que tenía que darle unas bolsas.

Una vez en el interior del vehículo al que la llevó, supuestamente abusó de la niña antes de abandonarla en una caseta de jardinería, donde dos personas la auxiliaron y la llevaron a su domicilio.

La agresión de la testigo número 3 ocurrió el 10 de abril de 2014, cuando una niña de nueve años salía con dos amigas de una tienda de chucherías del barrio de Ciudad Lineal y el procesado la engañó prometiéndole que le regalaría ropa.

También en el interior del vehículo la drogó y la condujo hasta un inmueble donde la agredió sexualmente. Después, y para eliminar pruebas, duchó a la pequeña para abandonarla posteriormente en una parada de Metro.

Precisamente mañana la Sala verá una reconstrucción virtual del piso de Santa Virgilia, una casa de la madre del acusado que estaba desocupada. Después de las agresiones, Ortiz contrató una empresa de limpieza para eliminar toda huella incriminatoria.

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