Sanidad advierte en Melilla a los musulmanes diabéticos sobre la realización del ayuno de Ramadán

EUROPA PRESS

En el inicio del mes de Ramadán, sagrado para la comunidad islámica de Melilla, la Dirección Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) de Melilla, dependiente del Ministerio de Sanidad, ha aconsejado prudencia a las personas diabéticas en un periodo de tiempo en el que el ayuno constituye una obligación para todos los musulmanes adultos y sanos, exceptuando a los menores de 12 años, enfermos, ancianos, embarazadas y mujeres en periodo de lactancia.

El portavoz del Ingesa ha señalado que en Melilla, como en Ceuta, hay miles de personas que profesan esta religión y que padecen diferentes tipos de diabetes que, en caso de que decidan cumplir con el mes de ayuno, "deben realizarse un control médico exhaustivo previo".

Así, ha indicado que durante el ayuno los mayores riesgos los tienen los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 o en tratamiento con insulina, las embarazadas, los enfermos en diálisis insuficiencia renal, con mal control del azúcar (inestables), los que tienen el azúcar en sangre por encima de 150mgr%, los que han sufrido una cetoacidosis los tres meses previos, aquellos con tratamiento oral (pastillas), con complicaciones cardiacas, pacientes diabéticos que viven solos.

EN COMA

La Dirección Territorial del Ingesa ha indicado que los facultativos especialistas recomiendan que una persona con diabetes, antes de iniciar el mes de ayuno, consulte a su médico para que éste le aconseje sobre la dieta que debe seguir y las modificaciones que debe realizar en la medicación que se suministra, así como la actividad física aconsejable o permitida durante este período de tiempo.

En este sentido, ha advertido que un paciente con diabetes puede tener una bajada importante del azúcar en sangre durante el día en Ramadán, así como en la segunda mitad del día (después del Iftar). "El paciente se abstiene de comer, especialmente hidratos de carbono, durante 18 horas, por lo que no puede almacenar reservas de azúcares en el hígado, como recurso ante una hipoglucemia (bajada de azúcar)", ha recordado.

Asimismo, ha subrayado que los pacientes en tratamiento con insulina especialmente, o incluso con antidiabéticos orales, "están en riesgo de caer en coma durante el ayuno".

De igual modo, ha apuntado que los pacientes que tan sólo siguen dieta y ejercicio están expuestos a hipoglucemias que, en caso de no ser resueltas de inmediato, pueden agravarse hasta caer en coma, ya que las reservas quedan vacías debido a la abstinencia prolongada.

DESACONSEJABLE

Además, existe el peligro de la hiperglucemia. Es decir, de la elevación de los niveles de glucosa en sangre durante la noche, debido a un excesivo apetito tras el prolongado ayuno diurno. Por ello se aconseja prudencia en la ingesta de alimentos.

Todo ello supone para la persona con diabetes el paso de una situación estable a una exposición a complicaciones, que se pueden agravar en forma de consecuencias secundarias meses después de finalización del ayuno, tales como debilidad de la vista, mal funcionamiento del riñón, lesiones en los pies o impotencia sexual. Dado que estos síntomas no aparecen de inmediato, es difícil que el paciente vincule estos efectos secundarios a los ayunos prolongados durante el Ramadán.

Por último, ha reseñado que es desaconsejable que realicen ayuno las personas diabéticas que además presenten otras patologías, tales como neumonía, cardiopatía, insuficiencia renal o hepática, infección intestinal, etcétera, ya que la falta de agua puede provocar una deshidratación grave.

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