Los pacientes y el personal sanitario tuvieron que ser evacuados a un sótano y, además, el laboratorio del centro ha quedado destrozado, según Save the Children.
El hospital, en el que trabaja la organización con una ONG local, atiende a al menos 2.100 mujeres y niños y más de 550 partos cada mes. La organización ha asegurado que el centro sanitario más cercano con servicios similares se encuentra a 70 kilómetros de distancia.
"Este no es un ataque aislado, en las últimas 72 horas otros nueve centros sanitarios han sido bombardeados. Ninguna excusa puede servir para bombardear a mujeres y a niños en un lugar, un hospital, que tiene que ser absolutamente respetado", ha señalado la directora de Save the Children para Siria, Sonia Khush.
Los centros médicos ubicados en cuevas o lugares especialmente resguardados son cada vez más habituales en Siria, donde se han intensificado los ataques contra hospitales y otros objetivos civiles, pese a las denuncias de la ONU y organizaciones humanitarias.
Sin embargo, los servicios de emergencia han lamentado que estos esfuerzos por proteger las instalaciones sanitarias no han surtido efecto porque las bombas siguen cayendo sobre ellos.
Este ataque se suma a los últimos once incidentes que han afectado a las instalaciones sanitarias en Siria en el mes de abril, según datos de Save the Children.
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