El emisario especial de la ONU para Siria, el italo-sueco Staffan de Mistura, lleva casi tres años intentando parar la guerra en el país. De Mistura es un diplomático experimentado, cuyo optimismo se ha mostrado en diversas crisis que han azotado el planeta.
El ex secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon, lo califica como "diplomático de primer orden". En julio del año 2014 recibió la "misión imposible"- en palabras del propio Ban, de encontrar una solución a la guerra de Siria, la cual estalló en marzo de 2011 y ya ha dejado más de 310.000 muertos.
De Mistura fue el encargado de reemplazar a dos enviados especiales que tuvieron que tirar la toalla a causa de la complejidad del conflicto: el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el ex ministro argelino de Relaciones Exteriores Lajdar Brahimi. El fin de la guerra, al alcance de la mano
Con 70 años se ha empleado a fondo desde que comenzó su nueva andadura en Siria, multiplicando sus viajes y las iniciativas de paz, repitiendo además de forma incansable ante los periodistas que la solución política está al alcance de la mano.
En el año 2016 logró que fueran hasta Ginebra representantes del gobierno sirio y de la oposición para negociar hasta en tres ocasiones, aunque ambos bandos se negaron a hablar cara a cara y las reuniones no dieron ningún fruto tangible. Pero De Mistura no perdió la esperanza.
En el punto más crítico de la batalla de Alepo, en la que 250.000 civiles permanecían atrapados en el este del a ciudad, De Mistura propuso incluso ir en persona para garantizar a los rebeldes un salvocondcuto si aceptaban retirarse... Pero los yihadistas, como era de esperar, se opusieron. Un diplomático políglota
Nacido en el año 1947 y de padre italiano y madre sueca, bajo su apariencia de aristócrata, sus trajes bien cortado, se esconde un diplomático políglota acostumbrado a las misiones delicadas.
Durante más de 40 años ha servido de forma incansable a las Naciones Unidas, tanto en crisis agudas o permanentes, y ha luchado contra regímenes como los de Líbano, Somalia, Sudán, Ruanda o los Balcanes. Sus últimos puestos fueron como enviado especial de la ONU en Irak desde 2007 a 2009 y en Afganistán, de 2010 a 2011.
En Italia, solo tuvo una breve experiencia política en 2013 como viceministro de Relaciones Exteriores en el gobierno efímero de Mario Monti. Divorciado y padre de dos hijas, habla siete idiomas, incluido el árabe, con suficiente fluidez como para corregir en ocasiones a sus intérpretes durante las ruedas de prensa.
En su estilo, De Mistura prioriza la "flexibilidad" y la "creatividad del mediador" cuando la situación se vuelve crítica. La palabra "imposible" nunca ha formado parte de su vocabulario.
"Sufro una terrible enfermedad crónica", admitió en 2015 a la televisión catarí Al-Jazeera: "Se llama optimismo crónico".
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