Stephan El Shaarawy, el despertar del Faraón italiano

Desaparecido en combate en la primera parte de la temporada en el Mónaco, el 'Faraón' Stephan El Shaarawy ha reaparecido de manera espectacular desde su pase en enero a la Roma, con la que disputará el martes la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones en el terreno del Real Madrid.

La derrota romana por 2 a 0 en la ida en casa complica el objetivo, pero El Shaarawy y sus compañeros sueñan con una remontada épica.

Los seis meses en Mónaco del joven atacante internacional italiano fueron un eclipse en la carrera emergente del jugador, que pasó por el Principado sin hacer ruido.

Ni un gol en esa breve etapa en la Ligue 1 francesa y tres dianas en la Europa League que supieron a poco.

Su contrato contemplaba que la cesión por el AC Milan se transformaría en traspaso definitivo a partir de 25 partidos disputados y el contador se quedó detenido en 24. Gracias a ello, el Mónaco se ahorró una operación de 15 millones de euros.

En la Roma se encontró en el ataque con el lugar libre dejado por el marfileño Gervinho, que acudió a la llamada de los lucrativos cantos de sirena del fútbol chino.

Los números demuestran que la decisión fue la correcta: cinco tantos y dos asistencias en seis partidos de Serie A y un puesto de titular por ahora indiscutible a las órdenes de Luciano Spalletti, que confía plenamente en él.

Todavía no ha conseguido alcanzar el nivel de su momento más dorado, la primera parte de la temporada 2012-2013, en la que terminó firmando 16 tantos con el Milan, pero por lo menos la maldición parece haber quedado atrás.

El Shaarawy lleva años siendo señalado como la gran esperanza del fútbol italiano. Fue seleccionado con el primer equipo nacional antes incluso de cumplir los 20 años, pero su progresión fue cortada por las lesiones que tuvo entre 2013 y 2015.

Su despertar en Roma recuerda a todos su talento, su velocidad y su olfato ofensivo, pero también que con sólo 23 años era demasiado pronto para poder enterrar su carrera.

Sonriente y sociable, el que fuera ídolo 'rossonero' fue acogido por los 'tifosi' de la Roma con entusiasmo, hasta el punto que su camiseta, según La Gazzetta dello Sport, es actualmente la segunda más vendida del club después de la del emblemático Francesco Totti.

"He vivido momentos difíciles y ahora busco recuperarme", explicó el italiano cuando marcó el segundo gol con la Roma, en un partido ante el Sassuolo.

Luego siguieron otras tres dianas en estas semanas y El Shaarawy, de madre italiana y padre egipcio, está más que integrado en la maquinaria de Spalletti.

La banda izquierda es suya y la otra está ocupada por Mohamed Salah, constituyendo un dúo de 'egipcios' ultrarrápidos y con mordiente en ataque.

Ambos se divierten jugando juntos y crearon una celebración simulando la forma de una pirámide, formando un triángulo con sus dedos, después de cada uno de sus goles.

El Real Madrid, el martes en el Santiago Bernabeu, es ahora un pirámide difícil de escalar por el 2-0 que los españoles consiguieron en el Olímpico.

Pero más allá del resultado de ese partido, El Shaarawy espera demostrar en España que es capaz de asumir responsabilidades en las grandes citas.

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