El hombre, residente en la localidad de Multan, fue acusado de quemar varias páginas de un Corán, si bien el tribunal ha sostenido que el responsable de la acusación podría haber colocado las páginas quemadas en su vivienda.
En este sentido, ha indicado que la Policía no recopiló pruebas en el lugar, recordando que fueron entregadas por el hombre que formuló la acusación, según ha informado el diario local 'Dawn'.
La blasfemia sigue siendo un tema especialmente sensible en Pakistán, donde el insulto a Mahoma es considerado un delito susceptible de ser castigado con la pena de muerte.
El primer ministro, Nawaz Sharif, firmó en marzo una orden para retirar todo el contenido "blasfemo" de Internet y amenazó con "duros castigos" contra los responsables de su difusión.
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