EL TIGRE PODRÍA VOLVER A ASIA CENTRAL TRAS EXTINGUIRSE HACE MEDIO SIGLO

El tigre del Caspio, uno de los felinos más grandes que jamás hayan vivido en el planeta (medían hasta tres metros de largo y pesaban más de 130 kilos), quedó extinguido a mediados del siglo XX, pero existe la posibilidad de que una subespecie casi idéntica pueda volver a ser recuperada en Asia Central, concretamente en dos áreas de Kazajistán.
Así lo afirman cinco investigadores de la Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales de la Universidad Estatal de Nueva York (Estados Unidos) y del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), que han publicado un estudio en la revista ‘Biological Conservation’.
Hasta mediados de los años 60 del siglo pasado, cuando fueron declarados extintos, los tigres del Caspio deambulaban desde Turquía a través de gran parte de Asia Central (incluyendo Irán e Iraq) hasta el noroeste de China. Las razones de su extinción son variadas: el envenenamiento y la caza promovidos por la Unión Soviética con recompensas económicas hasta los años 30, y los proyectos de riego, que destruyeron los bosques de tugai (que formaban un ecosistema ribereño y costero formado por árboles, arbustos y humedales) y los juncos, que eran hábitats cruciales del felino.
Los investigadores indican que existen opciones de que los tigres vuelvan a Asia Central con una subespecie casi idéntica a la del Caspio (el tigre de Amur) en dos zonas de Kazajistán, que podrían albergar una población de casi 100 felinos en 50 años.
“El territorio del tigre del Caspio era enorme. Cuando desaparecieron, el número de naciones que albergaron poblaciones de tigres quedó reducida en más de la mitad”, apunta James Gibbs, coautor del estudio y de la Facultad de Ciencias Ambientales y Forestales de la Universidad Estatal de Nueva York.
Mikhail Paltsyn, que supervisó los aspectos analíticos del estudio, indica que “la idea de la reintroducción del tigre en Asia Central utilizando el tigre de Amur, del Lejano Oriente ruso, como una especie ‘análoga’ ha sido discutida durante casi 10 años y recibió un apoyo considerable del Gobierno de Kazajistán en 2010 durante el Foro Mundial del Tigre en San Petersburgo”, si bien añade que “el programa necesitaba una base científica sólida para evaluar el potencial de hábitat completo de los tigres y para explorar mejor los diferentes resultados posibles de la reintroducción en diferentes escenarios”.
VARIOS RETOS
Los científicos indican que dos factores permiten la posibilidad de repoblar con tigres la región de Ili-Balkhash (oeste de Kazajistán): la desaparición de la Unión Soviética y la introducción de las economías de mercado en los nuevos países han llevado a la recuperación de hábitats del tigre en algunas áreas con programas agrícolas estatales en ríos que quedaron abandonados, y recientes trabajos en filogenética (el estudio de la historia evolutiva) indican que los tigres del Caspio estaban estrechamente relacionados con los tigres de Amur, los cuales son una especie ‘análoga’.
No obstante, Paltsyn apunta que habría que abordar diversos retos antes de que los tigres puedan volver a Asia Central. “En primer lugar, es necesario detener la degradación de la zona ribereña causada por incendios incontrolados y, en segundo lugar, es vital restaurar las poblaciones de ungulados silvestres (ampliamente definidas como mamíferos ungulados) en la zona, lo que podría llevar de cinco a 15 años", explica.
Además, señala que es necesario que los beneficios socioeconómicos para las poblaciones locales proporcionen un futuro sostenible tanto para los tigres como para las personas y que se regule el consumo de agua del río Ili tanto en Kazajistán como en China para que haya niveles suficientes en el lago Balkhash.
La reintroducción del tigre cuenta con el apoyo del Gobierno de Kazajistán y las comunidades locales debido al potencial beneficio económico del turismo de vida silvestre, el crecimiento de pequeñas empresas y las oportunidades de empleo en la Reserva Natural de Ili-Balkhash.
En el estudio, los investigadores indican que los tigres del Caspio vivieron en un área de entre 800.000 y 900.000 kilómetros cuadrados, principalmente en parcelas aisladas de ecosistemas ribereños. Generalmente, dos o tres ejemplares ocupaban un área que cubría unos 100 kilómetros cuadrados.
Los análisis espaciales basados en datos de teledetección recalcan que las opciones para la introducción del tigre de Amur son limitadas en Asia Central, pero al menos dos áreas son potencialmente adecuadas para el restablecimiento del tigre, ambas en Kazajistán. Cuando los investigadores analizaron el uso actual de la tierra y la baja densidad de la población humana local, encontraron que el sitio más prometedor es el delta del río Ili y la costa adyacente sur del lago Balkhash.
El equipo identificó cerca de 7.000 kilómetros cuadrados de hábitat adecuado. Los modelos de población para los animales que los tigres suelen apresar (jabalí, ciervo y corzo) sugieren que el área podría soportar una población de entre 64 y 98 tigres en 50 años si se introducen de 40 a 55 individuos.

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