CADA AÑO 4,5 TRILLONES DE COLILLAS CONTAMINAN EL MEDIO AMBIENTE

Cada año 4,5 trillones de colillas contaminan el medio ambiente con un alto grado de toxicidad, ya que estos filtros acumulan las sustancias nocivas del tabaco que se liberan en contacto con el agua y constituyen la primera fuente de basura por delante de los plásticos, según informó este lunes la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, la Separ recordó que de los seis trillones de cigarrillos que se fuman en el mundo, 4,5 son arrojados a las calles, los parques, los ríos, el mar y los bosques. Según explicó el doctor José Ignacio de Granda-Orive, coordinador del área de tabaquismo de la Separ, el filtro de las colillas está diseñado para acumular los componentes del tabaco, incluidas “las sustancias químicas más nocivas que son liberadas en contacto con el agua”.
Por lo tanto, “cuando llegan a los ríos o al mar desprenden estas sustancias que suponen una grave amenaza para la biodiversidad y pueden llegar incluso a nuestra cadena alimentaria”, añadió en rueda de prensa
Según el estudio de la Separ, ‘Contaminación ambiental por colillas de tabaco. El tabaco de cuarta mano’, los restos de los cigarrillos son la primera fuente de basura mundial, por delante de los envases de alimentos, botellas y bolsas de plástico. En 2016, casi 800.000 voluntarios de un centenar de países reclutados por la ONG Ocean Conservancy, peinaron más de 40.000 kilómetros de costa y recogieron más de ocho millones de kilos de basura en las playas. Del total de estos desperdicios, más de 2,1 millones fueron colillas, más del doble que las botellas de plástico (más de un millón), los envases de alimentos (cerca de 900.000) y los tapones de plástico (860.000).
En los últimos 50 años, prácticamente el 100% de los cigarrillos que se venden llevan filtro de acetato de celulosa, "este componente es fotodegradable pero no biodegradable y aunque los rayos ultravioleta del sol pueden eventualmente romper el filtro en pequeñas piezas, el material fuente nunca desaparece sino que se diluye en el agua y en el suelo”, según afirmó el doctor de Granda-Orive.
Se estima que estas colillas tardan en descomponerse entre 8 y 12 años. Ante esta situación, la Separ pidió una legislación más adecuada contra esta contaminación e informar sobre este riesgo medioambiental en las cajetillas.
Según subrayó este experto, sólo “Australia y Nueva Zelanda cuenta con papeleras especiales para depositar las colillas, ya que éstas son retornables, mientras que en París se ponen multas por arrojar cigarrillos al suelo”.

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