"Los seguidores del Hizmet (movimiento islamista liderado por Gulen) tenían objetivos perversos desde hacía tiempo, algo de lo que el Gobierno ya sospechaba. La república de Turquía es un Estado de Derecho y dentro de la legitimidad llevábamos años intentado acabar con el movimiento gulenista, que se ha ido infiltrado en las instituciones poco a poco para atentar contra la democracia", ha aseverado Avci durante una rueda de prensa en Madrid.
"Los seguidores de Gulen formaban adeptos en academias y lo sabíamos. No queríamos un sistema de educación paralelo, por eso hace dos años hicimos una reforma educativa. Sin embargo, también tenían colegios privados. Es extrema la dificultad que supone luchar contra una organización secreta y de apariencia legal", ha indicado Avci, que ha añadido que "en ningún momento las medidas tomadas para salvaguardar la democracia han afectado ni afectarán a la población civil, que puede vivir con normalidad", ha añadido.
Después del intento de golpe de Estado que tuvo lugar el 15 de julio, el Gobierno turco ha puesto en marcha una serie de medidas para limpiar las instituciones de presuntos golpistas, algo que ha afectado a unas 50.000 personas. El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha felicitado a la población por enfrentarse a las Fuerzas Armadas, principalmente en Ankara y Estambul, y detener la intentona.
"Podemos decir que con la ayuda de todos, especialmente del pueblo, hemos frenado el ataque que se estaba produciendo contra la democracia. Ahora la república de Turquía se muestra firme con su Parlamento, sus fuerzas del orden, su Ejército y su poder judicial, que ha resistido", ha señalado Avci.
MÁS DE 10.000 DETENIDOS
La purga, que ha provocado el despido de funcionarios y la detención de más de 10.000 personas, entre ellas jueces, profesores, militares y policías, se extenderá durante los próximos meses. "Debemos ponernos en marcha para investigar y detectar a los responsables, por lo que declarar el estado de emergencia es necesario para eliminar el cáncer de estas instituciones y hacer que sean más eficientes", ha afirmado.
"No se trata de un estado de excepción. No hay un toque de queda. Simplemente hemos seguido una pauta similar a la establecida por nuestros homólogos franceses, que han declarado el estado de emergencia en Francia tras lo sucedido en Niza. El terrorismo no es una cuestión turca sino internacional, y atendiendo al artículo 15 de la Convención de Derechos Humanos hemos puesto en marcha las medidas necesarias", ha explicado el ministro, que estuvo a cargo del Ministerio de Educación entre 2013 y mayo de 2016.
El número de atentados ha aumentado en Turquía desde que produjo el fin del alto el fuego entre el Ejército y las fuerzas del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK). El último ataque, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico, tuvo lugar en el aeropuerto Atatürk, en Estambul.
RESTAURACIÓN DEL A PENA DE MUERTE
"La pena de muerte está prohibida en Turquía y cumplimos los criterios de la Unión Europea. No obstante, tras las trágicas escenas a las que se ha tenido que enfrentar el pueblo turco en los últimos días se ha producido un llamamiento popular para que se restaure. Las voces a favor han vuelto a alzarse, pero esto supondría una reforma de la Constitución turca", ha comunicado Avci.
La pena de muerte en Turquía, cuya restauración ha sido defendida recientemente por Erdogan, se abolió en 2004, un paso que acercó a la república al bloque comunitario, que ha mostrado su preocupación ante una posible restauración de la pena capital. "El tratado sobre inmigración ilegal entre Turquía y la Unión Europea se está cumpliendo", ha zanjado.
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