"Un aspecto fundamental para su recuperación, después de un trauma tan fuerte como éste, es que retomen su rutina lo antes posible", ha explicado en un comunicado la representante adjunta de UNICEF en México, Pressia Arifin Cabo, desde el estado de Chiapas, uno de los más afectados por el seísmo.
Un equipo de la organización ha recorrido la zona costera del estado para analizar la situación y ha confirmado el apoyo a los programas del Gobierno de México para instalar aulas móviles que sustituyan las escuelas dañadas. En los próximos días, UNICEF tiene previsto realizar un planteamiento completo sobre el apoyo que puede ofrecer.
Las autoridades locales han coincidido en señalar que los niños están muy asustados por los últimos temblores, algo que también han contado menores como José Raquel Tirado, de 12 años. "El seísmo me despertó y luego me levanté y abrí las puertas para que salieran mi abuelita, mi abuelito y mi mamá (...) Después nos pusimos junto al lavadero y rezamos para que pasara el sismo", ha contado, con la voz entrecortada
También Leonel Indili Ríos, de diez años, que se encontraba de visita en la zona, ha explicado que se asustó, porque "cuando se caían las cosas hacían mucho ruido". Erika Guadalupe Prado, de ocho años, ha recordado que al ruido generado por la caida de techos y paredes se sumaba la falta de luz eléctrica.
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