VINCULAN EL CLIMA EXTREMO EN VERANO CON LAS EMISIONES DE COMBUSTIBLES FÓSILES

- Al alterar las corrientes de aire que se desplazan entre el Ártico y los trópicos. El aumento de los episodios climáticos extremos en verano, como olas de calor, sequías, inundaciones inesperadas, incendios forestales y lluvias torrenciales, está relacionado probablemente con el cambio climático causado por el ser humano debido a que los gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles detienen las corrientes de chorro, que se desplazan arriba y abajo entre el Ártico y los trópicos transportando calor y humedad.
Así lo afirman seis científicos de Alemania, Estados Unidos y Países Bajos en un estudio publicado en la revista ‘Scientific Reports’, después de que les despertaran su interés la ola de calor europea en 2003, las inundaciones de Pakistán en 2010, la ola de calor y la sequía de Texas y Oklahoma en 2011, los incendios forestales de California en 2015 y la sequía de California en 2016.
“Hemos llegado a los más cerca posible de demostrar un vínculo directo entre el cambio climático y una gran familia de fenómenos meteorológicos extremos recientes”, afirma Michael Mann, profesor de Ciencias Atmosféricas en la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos).
Los investigadores analizaron una combinación de modelos climáticos de todo el mundo para examinar patrones climáticos a gran escala con observaciones atmosféricas históricas para documentar las condiciones por las cuales se forman y persisten los fenómenos climáticos extremos, que se producen cuando la corriente de chorro, una onda atmosférica global de aire que abarca el hemisferio norte, se vuelve estática.
"El aumento de la incidencia de estos eventos supera lo que cabría esperar de los efectos directos del calentamiento global por sí solos, por lo que debe haber un efecto adicional del cambio climático. Con datos de simulaciones por computadora y observaciones, identificamos cambios inusualmente persistentes de la corriente de chorro y permiten los fenómenos meteorológicos extremos. Se ha sospechado antes que la actividad humana ha contribuido a este patrón, pero ahora descubrimos una clara huella humana", añade Mann.
CUATRO ÚLTIMAS DÉCADAS
Por su parte, Stefan Rahmsfort, del Instituto de Investigación sobre el Cambio Climático de Potsdam (Alemania) y coautor del estudio, indica que “si el mismo tiempo persiste durante semanas en una región, entonces los días soleados pueden convertirse en una severa ola de calor y en sequía, o en lluvias duraderas que pueden llevar a inundaciones”.
Los movimientos del aire son en gran medida impulsados por las diferencias de temperatura entre el ecuador y los polos. Dado que el Ártico se calienta más rápidamente que otras regiones, esta variación térmica está disminuyendo. Además, las masas terrestres se están calentando más rápidamente que los océanos, especialmente en verano.
Estos dos cambios tienen un impacto en los movimientos globales del aire, lo que incluye las corrientes de aire gigantescas que circundan el hemisferio norte de la Tierra en grandes vueltas entre los trópicos y el Ártico
Kai Kornuber, también del Instituto de Investigación sobre el Cambio Climático de Potsdam, precisa que los datos de satélite existen desde hace “un tiempo relativamente corto”, por lo que no sirven para comprobar cómo han evolucionado las corrientes de chorro estacionarias, pero desde la década de 1870 hay mediciones precisas de temperatura, que los científicos utilizaron para “reconstruir los cambios sobre el tiempo”.
Después de analizar docenas de modelos climáticos y observaciones de temperaturas, los investigadores concluyen que la distribución de las temperaturas que favorece las corrientes de chorro estacionarias ha aumentado en casi un 70% desde el inicio de la era industrial.
Además, la mayor parte de esos momentos ha sucedido en las cuatro últimas décadas. "Ciertamente, tenemos que investigar más esto porque hay algunas buenas pruebas, pero también muchas preguntas abiertas”, añade Dim Coumou, de la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos), quien agrega: “Podemos limitar los riesgos asociados si se limitan las emisiones de gases de efecto invernadero”.

Mostrar comentarios