Veinte alumnos de Arroyo (Valladolid) recibirán tratamiento profiláctico aunque no han desarrollado la tuberculosis

EUROPA PRESS

Una veintena de alumnos del Colegio Raimundo de Blas de Arroyo de la Encomienda (Valladolid) recibirá tratamiento profiláctico tras tener contacto con la bacteria de la tuberculosis, aunque no ha desarrollado la enfermedad.

Por su parte, otros 28 menores que han dado negativo al contacto con la bacteria se repetirán la prueba en dos meses, sin que por el momento precisen tratamiento alguno.

Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el director general de Salud Pública, Agustín Álvarez Nogal, quien ha concretado que tras detectarse el brote a principios de mayo se ha realizado el 'mantous' (prueba para conocer si una persona ha estado en contacto con la bacteria) a 48 alumnos y 20 han dado positivos, aunque la infección es asintomática, es decir, no han desarrollado la enfermedad, algo que se ha comprobado con la realización de radiografías de tórax a todos ellos.

Aún así, para evitar que pudieran desarrollarlo se les someterá a un tratamiento quimioprofiláctico de unos seis meses de duración con un antibiótico como es la isoniazida, cuya continuidad es muy importante, han señalado fuentes sanitarias.

En cuanto a los 28 niños restantes, se les repetirán 'mantous' en dos meses como medida de precaución, ha señalado el director general, quien ha destacado la "buena noticia" que supone que ningún niño haya desarrollado la enfermedad y ha incidido en que todos los alumnos pueden hacer vida normal salvo tomar el tratamiento, algo muy importante para evitar cualquier riesgo.

Álvarez Nogal ha aclarado que la forma habitual de contagio es entre adultos, pero en este caso ni siquiera el "caso índice" tenía conocimiento de la enfermedad, ya que también resultó asintomático. Sin embargo, en otros dos casos de niños sí se desarrolló la misma.

"Ningún niño está enfermo, es la buena noticia", ha insistido en referencia a aquellos a los que se ha realizado la prueba al margen del caso índice y los dos niños afectados.

COLABORACIÓN

El director general del Salud Pública ha agregado que se mantiene la investigación y la colaboración "estrecha" entre Pediatría, su departamento y el Río Hortega y ha pedido que la gente no se alarme porque es una enfermedad no habitual, aunque existe y la bacteria está ahí, pero hay tratamiento, se sigue un protocolo "al pie de la letra" y la enfermedad en sí tiene una letalidad "minúscula".

Como ejemplo de que la enfermedad sigue presente ha indicado que entre los años 2007 y 2015 se han registrado más de 3.000 casos entre adultos en Castilla y León y otros 117 entre menores de 15 años.

La puesta en marcha de las medidas protocolizadas, establecidas para situaciones como la actual tanto en el Programa de prevención y control de la tuberculosis en Castilla y León como por la Red nacional de vigilancia epidemiológica, se centran en reducir los riesgos de aparición de nuevos casos y en el tratamiento precoz de aquellos que pudieran diagnosticarse.

Responsables de la Consejería de Sanidad se mantienen en contacto con los padres, a los que se trata de informar en todo momento y transmitir tranquilidad al respecto.

La tuberculosis está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y se transmite por vía aérea de una persona con tuberculosis pulmonar en fase contagiosa a otras personas al hablar, toser o estornudar, pudiendo afectar fundamentalmente a los pulmones pero también a otros órganos.

La infección por M. tuberculosis suele ser asintomática en personas sanas, dado que su sistema inmunitario actúa formando una barrera alrededor de la bacteria.

Los síntomas de la tuberculosis pulmonar activa son tos, a veces con esputo que puede ser sanguinolento; dolor torácico; debilidad; pérdida de peso; fiebre y sudoración nocturna; y su tratamiento se realiza mediante la administración de antibióticos (más información, en este enlace: http://www.saludcastillayleon.es/ciudadanos/es/enfermedades-problemas-salud/tuberculosis).

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