Abbott compara la lucha contra la inmigración ilegal a una guerra

  • El primer ministro de Australia, Tony Abbott, calificó hoy de "guerra" su política contra la inmigración ilegal, al defender la falta de transparencia en las operaciones para evitar la llegada de barcos con solicitantes de asilo al país.

Sídney (Australia), 10 ene.- El primer ministro de Australia, Tony Abbott, calificó hoy de "guerra" su política contra la inmigración ilegal, al defender la falta de transparencia en las operaciones para evitar la llegada de barcos con solicitantes de asilo al país.

"Estamos en un feroz combate con estos traficantes de personas", dijo Abbott en una entrevista al Canal 10.

"Y si estuviéramos en guerra, no iríamos dando información que podría ser útil al enemigo por el mero hecho de que tengamos una ociosa curiosidad sobre ello", añadió el primer ministro.

El Gobierno australiano ha recibido criticas esta semana por su secretismo después de que Indonesia informara que Australia había interceptado y devuelto a aguas indonesias una embarcación con 44 inmigrantes el mes pasado.

El Ejecutivo se niega a dar detalles sobre el número de barcos rechazados y devueltos a Indonesia desde que el conservador Abbott asumió sus riendas en septiembre, aunque según el diario "The Australian" estos podrían ser cinco.

El último informe del Ministerio de Inmigración, que se emite cada viernes, no menciona las acciones de la Armada para obligar a dos barcos a regresar a Indonesia y se limita a indicar que ningún solicitante de asilo ha llegado a territorio australiano en la última semana.

Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) del pasado noviembre, Australia tuvo al menos 17.000 llegadas marítimas de ilegales entre enero y julio de 2013.

Miles de emigrantes se embarcan cada año en Indonesia con el fin de alcanzar Australia para pedir asilo, pero la mayoría son interceptado por los guardacostas australianos y llevados a centros de detención en terceros países, mientras que otros naufragan y mueren.

El ACNUR también critica desde hace tiempo las condiciones "inhumanas" en los centros de detención de inmigrantes que Australia financia en Nauru y Papúa Nueva Guinea, a más de 2.000 kilómetros de la isla continente.

La senadora del Partido Verde australiano Sarah Hanson-Young denunció en la víspera que el Gobierno trata de impedir que los contribuyentes sepan cómo se gasta el dinero público en los "crueles y duros campos de detención" en terceros países.

Abbott minimizó las críticas a estos centros al asegurar que Australia cumple sus obligaciones humanitarias y que el Gobierno "no se disculpa por el hecho de que no son hoteles de cinco o tres estrellas".

"La gente está cobijada, vestida, alimentada y reciben atención médica. Se mantienen seguros y podemos hacerlo por ellos, pero queremos que se vayan al país del que vinieron", dijo el mandatario.

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