Con el espectacular cerro del Pan de Azúcar como telón de fondo, un grupo de activistas dispuso un ataúd en la playa de Botafogo, en el corazón de Rio, relleno con desechos encontrados en estas aguas.
"Vivimos un verdadero clima, una verdadera realidad de terrorismo ambiental del Estado, donde la naturaleza está siendo mutilada, torturada, violada", exclamó el biólogo Mario Moscatelli, que lideró la manifestación.
"Hasta ahora mucha disculpa, mucho discurso. Y ahora la culpa es de la crisis", añadió el activista, criticando que las autoridades "no hicieron prácticamente nada" para descontaminar las aguas.
Espectacular de lejos pero inmunda de cerca, la bahía de Guanabara debía estar limpia para la cita olímpica que arranca el 5 de agosto, pero las autoridades admitieron hace unos meses que será imposible cumplir esa meta. Mientras, miles de litros de aguas servidas -en gran parte sin tratamiento- desembocan cada minuto en estas aguas.
Junto al ataúd, los manifestantes también dispusieron un inodoro.
"Encontramos desechos humanos, de cloacas, basura que también viene de los manantiales y los canales que llegan aquí hasta la bahía. Incluso de vez en cuando hay algún navío que atraca sin barreras de contención y queda todo lleno de combustible", declaró Douglas Moura, otro de los participantes.
bur-nr/fr
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