Acusado de explotar a mujeres asegura que las chicas estaban "encantadas"

  • Juan M.C., presunto jefe de una banda dedicada a explotar mujeres de Paraguay y Brasil en dos clubes, uno en Piélagos (Cantabria) y otro en Ponferrada (León), ha asegurado hoy que las chicas ejercían la prostitución voluntariamente y que estaban "encantadas" con el trato que se las daba.

Santander, 24 oct.- Juan M.C., presunto jefe de una banda dedicada a explotar mujeres de Paraguay y Brasil en dos clubes, uno en Piélagos (Cantabria) y otro en Ponferrada (León), ha asegurado hoy que las chicas ejercían la prostitución voluntariamente y que estaban "encantadas" con el trato que se las daba.

"Soy un padre para ellas", ha asegurado, en el primer día del juicio que se sigue contra él y otros cuatro acusados en la Audiencia de Cantabria por los delitos de detención ilegal, explotación de la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Por estos delitos, la Fiscalía solicita 33 años de prisión para Juan M.C., como principal encausado, y 30 años de cárcel para el resto de los acusados.

En su declaración, que se ha prolongado durante cerca de tres horas, el presunto jefe de la banda ha negado que regentase los dos clubes, en los que, según la investigación policial, llevada a cabo entre 2006 y 2007, se explotaba sexualmente a las mujeres.

Juan M.C., que permaneció en prisión provisional durante nueve meses por esta causa, ha rechazado también que hubiese pedido a sus presuntos contactos en Paraguay y Brasil que le enviaran mujeres, ni haberles mandado dinero para que las chicas viajasen a España, cantidades que luego ellas tendían que devolver ejerciendo la prostitución.

"Se puede demostrar que ni mandé el dinero, ni al final vino ninguna chica", ha subrayado Juan M.C., quien ha asegurado que las chicas podían salir del club "cuando querían", porque "las puertas estaban abiertas todo el día".

El acusado, que ha cumplido una condena anterior de 11 años por tráfico de drogas, ha explicado, además, que la prostitución la ejercía "la que quería y la que no quería, no", y que todo el dinero que obtenían las mujeres con sus clientes era para ellas.

"Nunca nos hemos metido en esas cosas", ha afirmado Juan M.C., quien ha negado que se amenazase a las chicas o a sus familias para que trabajasen o que se les obligase a tomar drogas.

De hecho, ha subrayado que a algunas de ellas se les legalizó su situación en España y ha insistido en que el club "era como su casa". "Ni con agua hirviendo las echabas de ahí", ha apostillado el acusado.

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