"Grecia cuida sus propias fronteras y las europeas. Lo que no puede hacer y nunca hará es hundir barcos y ahogar a mujeres y niños, porque las leyes europeas e internacionales y los valores de nuestra civilización lo prohíben", declaró el ministro adjunto de Asuntos europeos, Nikos Xidakis, citado en un comunicado.
Atenas se alinea así con los países que "apoyan a los refugiados, como Alemania, Austria y Suecia", añadió, precisando que de esta manera responde a los "círculos ultraconservadores europeos que ponen a Grecia en el banquillo de los acusados, presentándola como la fuente del problema de los refugiados", continuó.
Esta presión aumenta el riesgo de "agudizar aún más el balance (de pérdidas a nivel) humano", del éxodo a través de Turquía y Grecia de poblaciones enteras huyendo de los conflictos y de la miseria, como consecuancia del cual solamente en la jornada del viernes 45 personas perdieron la vida en estas travesías.
En voz baja durante los últimos tiempos, las críticas europeas contra Grecia, provenientes sobre todos de los países de Europa central y oriental, fueron reanudadas en los últimos días, acusándola de no hacer lo suficiente para bloquear el tránsito en su territorio, puerta de entrada a Europa de uno 850.000 refugiados y migrantes durante el año 2015.
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