Nairobi, 12 jul.- Al menos 200.000 refugiados que pueblan el campamento de Dadaab, en el este de Kenia, podrían verse afectados por la falta de fondos para proveer servicios básicos, denunciaron hoy ocho organizaciones no gubernamentales a través de un comunicado de prensa.
Las ONGs aseguran que el dinero destinado a servicios vitales se terminará en los próximos dos o tres meses, por lo que haría falta recaudar 25 millones de dólares (unos 20,5 millones de euros) para garantizar su continuidad.
"La falta de fondos significa que la gente que ha huido de un sufrimiento inimaginable no consigue la atención que necesita", indicó Stephen Vaughan, director de la ONG CARE en Kenia, una de las firmantes del documento.
"Aparte del coste humano, también está el coste para la seguridad regional. Si los niños no van a la escuela y la gente no tiene un alojamiento adecuado y otros servicios, la situación podría desembocar en militarización, violencia e inestabilidad", agregó Vaughan.
La escasez de dinero -aseguran las ONGs signatarias- se notará especialmente en lo que afecta al alojamiento, suministro de agua potable (su empeoramiento acrecienta el riesgo de cólera), servicios sanitarios, escolarización y seguridad.
Las agencias de ayuda humanitaria hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que se replantee las soluciones a largo plazo para el campamento de refugiados de Dadaab, considerado el mayor del mundo.
"Los campamentos de refugiados son sólo soluciones temporales y la situación es insostenible", alertó el jefe de Oxfam en Kenia, Nigel Tricks.
Dadaab se encuentra desbordado casi desde su creación, a principios de los 90, ya que la actual población supera las 465.000 personas, y cuenta con una capacidad aproximada de 190.000.
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