Las víctimas murieron al estrellarse el avión y durante los bombardeos que precedieron el accidente, indicó este martes el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que había contabilizado 31 muertos en un anterior balance.
El avión bombardeaba el mercado principal de la ciudad de Arisha, conquistada por los rebeldes el 28 de mayo, cuando sufrió un percance técnico y se estrelló.
Un militante antirrégimen de la ciudad, Ghazal al Rihaui, aseguró que se trataba de un "Mig-23".
"Lanzó dos ataques sobre el mercado y el piloto intentó remontar el vuelo, pero el avión cayó, estrellándose sobre los edificios. Fue una masacre", contó. "Seguimos buscando a supervivientes entre los escombros", añadió.
Los aviones militares sirios son el terror de los civiles y la principal arma del régimen en la guerra contra los rebeldes desde hace más de cuatro años. Varios han sido abatidos por los insurgentes o víctimas de accidentes.
A mediados de enero al menos 35 soldados murieron al estrellarse accidentalmente un avión militar, igualmente en la provincia de Idleb.
Desde finales de marzo, el régimen perdió una serie de ciudades estratégicas en la provincia de Idleb, como la capital provincial, Jisr al Shughur, y Ariha.
Los yihadistas del frente Al Nosra -ala de Al Qaida en Siria- y sus aliados controlan ahora la casi totalidad de esta provincia situada en la frontera con Turquía.
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